La cantautora Gloria Trevi eligió a un periodista español para hablar sobre su relación con Sergio Andrade y las circunstancias que rodearon la muerte de su pequeña hija Ana Dalai.
Conmovida hasta las lágrimas, la artista de 54 años relató lo duro que ha sido ser acusada como una victimaria cuando en realidad ella era una más de las víctimas que Sergio Andrade estaba usando, pues también se sentía aterrada por él.
Al parecer, la nueva demanda que enfrenta en los Estados Unidos está removiendo su pasado, colocando de nueva cuenta a la intérprete de El recuento de los daños en una complicada situación. Tal vez por eso quiso relatar a Risto Mejide, en su programa Viajando con Chester, el infierno que padeció años atrás.
Estuve bajo la influencia de ese hombre 17 años de mi vida. Y 17 años, quiero que lo entiendan, no corren a favor haciéndote madurar, sino en contra. A los 30 estaba tan quebrada, me sentía vieja, decadente y no me sentía ni amada ni bonita. Hoy que tengo 54 años me siento espectacular.
De igual manera, Gloria mencionó que al conocer a Andrade sintió una profunda admiración, misma que él supo lograr que se convirtiera en amor, pues ella sentía que estaba enamorada de él. Sin embargo, reconoce que solo era un espejismo porque él no era para nada como ella lo idealizó.
Yo ya no podía hablar con ningún hombre, ningún muchacho. Yo no podía tener prácticamente contacto con mi familia más que muy poco y siempre acompañada, pero yo creía que era normal porque como en ese momento también me convierto en Gloria Trevi. Él me decía: ‘Tienes que mantener un misterio’.
Una de las cosas que más le causa pesar a la cantante de Grande es que por lo dañada que su reputación está no puede llenar estadios o ser parte del show de medio tiempo del Super Bowl. Pero, sin duda, la herida que siempre llevará abierta en su corazón es la muerte de su pequeña recién nacida Ana Dalay.
Había perdido a mi hija unos meses antes [de que me apresaran]. Cuando te amputan las extremidades, no sientes un granito. Yo era otra persona, estaba aterrada. Yo creo que murió de muerte de cuna, pero ni yo he visto nada ni unos doctores me lo han podido decir.
Yo no me di cuenta ni siquiera de que se llevaron a mi hija. Cuando hablé con la persona a la que el tipo [Sergio Andrade] le pidió que se llevara a mi hija, ella me dijo: ‘La llevé a un hospital, le hicieron su acta de defunción’.
Me dijo que era muerte de cuna, que la había enterrado en un lugar cristiano, que me iba a llevar. Yo ya he hablado con esta persona, todo lo que me dijo fue algo que el señor [Sergio Andrade] le pidió que me dijera.