No es ningún secreto que desde su inicio en la industria, Leonardo DiCaprio ha sido uno de los actores más queridos y talentosos de Hollywood. Pero eso no es todo, pues el protagonista de Titanic también destaca del resto por tratar con amabilidad y respeto a las personas con las que trabaja.
Esto ya nos da suficientes motivos para amarlo. Sin embargo, resulta que el actor también es todo un superhéroe en la vida real, o al menos eso es lo que compartieron sus coestrellas de No mires arriba.
No mires arriba es una comedia de Netflix que nos muestra a Leo interpretando a uno de los astrónomos que descubren que un meteorito golpeará a la Tierra e intentan alertar a las autoridades, pero nadie los toma en serio. El estreno de la cinta está cada vez más cerca, por lo que los eventos de promoción están a todo lo que dan. En una entrevista con Entertainment Weekly, Jennifer Lawrence y Johan Hill, dos de sus coestrellas, compartieron una tierna anécdota que involucra a Leo y a sus perros, llamados Jack y Jill.
Jonah y Leo ya habían trabajado juntos en El lobo de Wall Street, por lo que rentaron una cabaña en Boston para quedarse durante el rodaje de No mires arriba. Sin embargo, Leo no iba a dejar a sus dos perritos husky solos en casa a pesar de que, según Jonah, son unos “verdaderos tornados que aman el caos”.
Salvó a sus perritos
¡Y vaya que les gusta la aventura! Un buen día, uno de ellos decidió darse un chapuzón en el lago cercano a la cabaña, cuyas temperaturas son muy bajas. El protagonista de Titanic vio esto y no dudó ni un segundo en aventarse al lago para salvarlo – al parecer no aprende a alejarse de las aguas heladas -. El incidente no terminó ahí, ya que apenas logró sacar a uno, el otro se metió al lago también. Jonah y Jennifer contaron la historia entre risas.
Básicamente, se cayeron en un lago helado. En cuanto sacó al perro que se había caído al agua, el otro saltó dentro.
Terminaron los tres en el lago
Leo explicó que Jack y Jill usualmente viven con él en California, por lo que no conocen el concepto de un lago con aguas gélidas, razón por la que se les hizo fácil darse un baño como suelen hacerlo en casa.
Uno de ellos casi se ahoga y el otro empezó a lamerlo, y ahí estábamos los tres juntos, en el lago congelado.
Afortunadamente, el incidente no pasó a mayores y una vez que se aseguró de que Jack y Jill estaban a salvo, se encerró en su carro, desvestido, para evitar que le diera hipotermia. Bueno, algo aprendió de Titanic.