Después de visitar un orfanato en Botswana durante su último viaje a África, los duques de Sussex, Meghan y Harry, habrían manifestado su intención de adoptar a uno de los bebés de esa casa de acogida, a fin de que creciera a la par de su hijo Archie, nacido apenas hace un par de meses.
Según fuentes cercanas a la pareja, en su estancia en la casa de acogida para huérfanos expresaron su interés de regresar y darle hogar a uno de los menores que ahí están, lo que -una vez más- ha puesto a Meghan y a Harry en el ojo del huracán.
El matrimonio del príncipe Harry de Gales con la norteamericana Meghan Markle se ha distinguido por saltarse el protocolo en repetidas ocasiones, lo cual ya no parece una sorpresa para la realeza británica ni para la longeva reina Isabel, que ha tolerado pacientemente los inocentes deslices de la duquesa de Sussex.
Desde llegar en un minivestido a un evento cuyo código de vestimenta es usualmente una falda por debajo de la rodilla, no llevar sombrero cuando la Reina lo lleva, usar moños desenfadados en su cabello cuando la realeza debe ir impecablemente peinada, cruzar las piernas por la rodilla, llevar jeans rotos, usar vestidos con los hombros al aire y caminar sola hacia el altar el día de su boda, hasta suprimir la palabra “obedecer” en sus votos nupciales, han sido solo algunas de las reglas de la etiqueta real que la joven ha roto.
Por su parte, el príncipe Harry se ha sumado a la irreverencia de Meghan saltándose el protocolo con manifestaciones de cariño en público y siguiéndola cuando abraza a niños durante eventos en los que la gente se acerca a ellos, por lo que no sería descabellado que en esta ocasión volvieran a retar a la vieja guardia de Kensington Palace para convertirse en padres por esta vía alternativa.
Se cree que este acto podría estar inspirado por la princesa Diana, madre de Harry, quien por años realizó importantes obras de caridad para ayudar a los niños de Angola, tanto que en alguna ocasión se llegó a especular que habría querido adoptar a uno pero recibió la negativa de su entonces esposo, el príncipe Carlos.
Harry pasó durante su niñez un año sabático en Lesoto, África, en donde se dedicó a ayudar a gente desfavorecida y afectada por la pobreza y el sida; de ahí hizo amistad con Mutsu Potsane, un huérfano proveniente de ese país, quien asistió a su boda como invitado.