Para todos ha sido evidente que la salud de Pablo Lyle se ha mermado al estar en prisión, pues los cambios físicos que ha sufrido el actor mexicano son muy notorios. Sin embargo, ahora que será trasladado a alguna prisión de Florida, Estados Unidos, el protagonista de La sombra del pasado teme por su vida.
Al parecer, su familia está muy preocupada por él, ya que está muy delgado, pues ha perdido más de ocho kilos de peso. Además, entre los problemas de salud que está presentando se encuentran la hipertensión, migrañas y hasta dermatitis en las manos.
La situación para Pablo Lyle parece no mejorar, pues diversas preocupaciones lo tienen bastante triste, nervioso y angustiado, ya que por ahora desconoce a qué tipo de prisión será trasladado para cumplir su condena. Según TVNotas, una persona cercana a la familia habló de la difícil situación del actor de Cachito de cielo.
Ahora lo que le preocupa es saber en qué prisión de Florida purgará esta pena. Es que hay cárceles tranquilas y otras no tanto y a él le preocupa toparse allá dentro con gente que quiera vengar la muerte del señor Juan Ricardo, que lo quieran dañar físicamente.
Para determinar la prisión a la que será enviado, la fuente anónima comentó que le continúan haciendo distintos exámenes médicos y psicológicos, pero la angustiosa espera ya ha afectado la salud del actor de Verano de amor. De hecho, los médicos le dicen que sus problemas de salud son ocasionados por nervios y estrés.
Pablo no puede ni dormir y esto le ha afectado los nervios, aunado a que el estrés de estar encarcelado le ha provocado alopecia, hipertensión, migraña y dermatitis en las manos, según nos ha dicho su propio hermano (Jorge). También, debido a los nervios, ahora ya toma pastillas para controlar su presión arterial.
Por su parte, Ana Araujo, esposa y madre de los hijos de Pablo Lyle, se sinceró con el medio Caras y aseguró que cuando conoció al famoso actor, creyó que nunca más se tendría que preocupar por cuestiones económicas, pero la vida le ha dado una dura lección que la ha hecho madurar, pues tanto ella como sus hijos han rescatado grandes enseñanzas con esta situación. Por ahora dice que está satisfecha con lo que ha logrado.
Estoy en un punto en el que estoy feliz con mi vida, con mis hijos, con mi familia, con mi negocio. Por fin tengo espacio mental para ver hacia dónde me quiero dirigir. El hecho de que el juicio de Pablo se tardara tanto, representó poner mi vida en pausa por un tiempo, pero ahora todo está fluyendo y estoy feliz.
Además, Ana mencionó que aunque sus hijos vivieron etapas oscuras por la situación de su papá, hoy se encuentran más tranquilos. Ojalá pronto decidan la prisión en la que el protagonista de Mi adorable maldición cumplirá sentencia para que él también logre tener un poco de paz.