Sin duda, Selma Blair fue una de las actrices más icónicas de la pantalla grande en las décadas de los años 90 y 2000, con actuaciones inolvidables en películas como Legalmente rubia, Juegos sexuales y Hellboy.
Sin embargo, a pesar de mantener herméticamente detalles sobre su vida personal, la actriz de 50 años no se guardó nada cuando publicó sus impactantes memorias en el libro Mean Baby: A Memoir of Growing Up el pasado 17 de mayo, en el que detalla sus problemas de alcoholismo, que comenzaron cuando tenía siete años, así como traumas personales, tales como abusos sexuales e intentos de suicidio y su lucha tras haber sido diagnosticada con esclerosis múltiple.
El siguiente es un extracto de su libro, en el que Selma describió su primer encuentro con el alcohol como “una revelación”:
No sé si hubiera sobrevivido a la niñez sin alcoholismo. Es por eso que es un problema tan grande para mucha gente. Realmente, es un gran consuelo, un gran alivio al principio. Tal vez incluso los primeros años para mí porque empecé muy joven con eso como un consuelo, como un mecanismo de afrontamiento.
En 2018, Selma reveló en redes sociales que había sido diagnosticada con esclerosis múltiple. Conocer que padecía esta enfermedad después de años de dolor crónico y agotamiento fue una revelación para la actriz, quien ofreció una mirada a su tratamiento para la afección en el documental de 2021, Introducing, Selma Blair.
Sin embargo, la estrella de La cosa más dulce quiso ampliar su historia en su reciente libro de memorias y aunque admitió a la revista People que dudaba en compartirla con el mundo, confesó que al hacerlo, sintió como si se hubiera quitado un gran peso de encima.
Nunca bebía agua, solo alcohol: vino, ginebra, whisky o vodka. Me caía, vomitaba, me levantaba, me iba a clase.
Así describe Selma los días en la universidad, con sus amigas de la hermandad Kappa Alfa Zeta, época en la que el abuso del alcohol se intensificó. Además, entre las hojas de su libro, la intérprete de Terror en la niebla describe un incidente, especialmente traumático, durante un viaje de vacaciones de primavera, cuando fue violada después de un día de borrachera.
Sola, tambaleándose por la acera, Selma intentaba llegar a casa, pero dos hombres la acorralaron y abusaron de ella:
Me pusieron bocabajo. No sé si me violaron los dos. Uno de ellos seguro que sí. Me hice pequeña y callada y esperé a que terminara. Desearía poder decir que lo que me pasó esa noche fue un caso excepcional, pero no lo fue. Me violaron varias veces porque estaba demasiado borracha para decir las palabras: “Detente, por favor”.
La actriz dice que además de contar los terribles episodios a su terapeuta, nunca habló sobre las múltiples violaciones con nadie más. Nunca les contó a sus amigas de la fraternidad sobre el abuso en plena calle. En vez de eso, bebía para encontrar algo de alivio.
Sin embargo, en una entrevista para Today, la actriz reveló que el proceso de escribir Mean Baby fue una parte importante de su proceso de sanación. Además, la ayudó a reconocer el hecho de que ella era una víctima:
Estas eran las cosas que bebía para olvidar. No bebí para llamar la atención, bebí para desaparecer. Y en cuanto lo hacía, bebía aún más por la necesidad de borrar lo que había hecho y la persona que era cuando estaba alcoholizada.
El libro de Selma Blair también relata cómo, en sus momentos más oscuros, intentó quitarse la vida dos veces. Sin embargo, con el apoyo de sus seres queridos, recobró la confianza en sí misma y, desde entonces, ha podido recuperar su vida.
La estrella de Sueños rotos superó su alcoholismo después de 20 años de luchar contra él, de terapias, centros de rehabilitación y, sobre todo, su hijo Arthur Saint Bleick, quien nació en 2011. La actriz asegura que no bebe desde 2016 tras un incidente en el que él estuvo presente luego de desmayarse en un avión del que tuvo que ser sacada en una camilla de emergencia después de aterrizar.
Finalmente, Selma Blair habló sobre cómo su diagnóstico de esclerosis múltiple le dio el coraje para hablar sobre los desafíos que ha enfrentado y, con ello, ayudar a otras personas que luchan contra algún tipo de adicción:
Realmente fue el regalo que recibí cuando era vulnerable a la esclerosis múltiple. No hay lugar para la culpa.