El 26 de enero del 2020, meses antes de que se desatara la pandemia por covid-19, el basquetbolista Kobe Bryant, su hija Gianna y otras siete personas se dirigían en helicóptero a ver un partido de las Mamba Sports, academia deportiva que el atleta había fundado. Desafortunadamente, el piloto tuvo problemas para controlar la nave y todos los pasajeros del vuelo fallecieron al impactarse conta el suelo.
A dicho accidente acudieron socorristas, quienes ,faltos de ética y moral, tomaron fotos de los cuerpos como un “recuerdo” del fatídico suceso. Vanessa Bryant, viuda de Kobe, indicó que vivía con el miedo de que esas fotos aparecieran en internet y que sus otras dos hijas las vieran.
Debido a esto, la viuda del basquetbolista y Chris Chester, cuya esposa e hija también perecieron en el accidente, decidieron demandar al condado de Los Ángeles, ya que el personal de la Oficina Alguacil de Los Ángeles y el Departamento de Bomberos invadieron la privacidad de las víctimas y de los demandantes, a quienes les provocaron estrés emocional al conocer la existencia de las fotografías.
Después de varias horas de deliberación y un veredicto unánime, Vanessa y Chester ganaron el juicio, donde se ordenó al condado pagarles 31 millones de dólares por daños y perjuicios, de los que 16 serán para la viuda de Kobe y 15 millones, para Chris Chester.
De acuerdo con la información relatada en el juicio, personal de primeros auxilios mostró las imágenes de las víctimas a personas ajenas al caso, mientras que un policía le envió dichas fotos a uno de sus amigos. Aunque el condado de Los Ángeles afirmó que estas nunca se hicieron públicas, no hubo justificación para los miembros del jurado.
A dos años de este lamentable accidente e irreparable pérdida, se ha considerado justo el respeto a las personas fallecidas y que se cuide la imagen e integridad de su familia y allegados.
Cabe mencionar que, según la Comisión de Seguridad para el Transporte de Estados Unidos, el piloto de la aeronave fue el responsable del accidente, pues cometió un error al pasar en medio de una espesa niebla.