Tras destaparse el fraude multimillonario cometido por el abogado Luis Oswaldo Espinoza Marín, dueño de la empresa Asesores Jurídicos Profesionales (AJP), una de las inmobiliarias más reconocidas en el país, el pasado 6 de agosto, el hombre se quitó la vida en su domicilio, en Zapopan, Jalisco.
Luis Oswaldo había sido señalado y denunciado por más de 130 personas, incluidos famosos del medio del espectáculo como Christian Nodal, Mauricio Ochman, Pablo Montero, Vadhir Derbez, entre otros, por malos manejos en las inversiones que oscilaban entre los 200 mil y los 22 millones de pesos, así como por cerrar repentinamente la empresa.
Tras las denuncias en contra de la compañía inmobiliaria, la Fiscalía del Estado de Jalisco abrió una carpeta de investigación, que derivó en un operativo de cateo en el condominio Virreyes, ubicado en el municipio de Zapopan, donde Luis Espinoza residía.
La dependencia confirmó que su personal realizó una inspección en el Paseo de los Virreyes Coto 7, antes de las 16:00 horas, del pasado 6 de agosto. Sin embargo, cuando agentes de Delitos Patrimoniales de la Fiscalía de Jalisco intentaron ingresar al domicilio, detectaron dos detonaciones con arma de fuego, por lo que tuvieron que replegarse, pero una vez que los disparos cesaron, ingresaron a la vivienda donde encontraron el cuerpo sin vida del abogado, con una pistola en el pecho.
Momentos antes de que Luis Oswaldo se quitara la vida, a través de un video publicado en sus redes sociales, el empresario dejó un mensaje en el que reconoció las acusaciones en su contra y se disculpó por sus actos.
Además, confesó que durante los 30 años que tuvo su empresa, la utilizó para engañar a varios de sus inversionistas y utilizar los recursos que le proporcionaban en actividades de diversa índole.
Asimismo, señaló que la falta de recursos líquidos provocada por el efecto pospandemia, las crisis bancaria y política, fueron los motivos que no le permitieron cumplir con sus obligaciones en tiempo y forma.
Sin embargo, tras recibir decenas de denuncias y supuestas amenazas de muerte decidió suicidarse, asegurando que no podía seguir adelante con su vida. Finalmente, el abogado jalisciense deslindó a las personas a su alrededor de toda responsabilidad, incluida su familia:
Sobrehipotequé los inmuebles que con fruto de sus inversiones adquirí. Durante 29 años pagué a cabalidad todas las obligaciones a todos y cada uno de mis inversionistas. Actualmente, ya no puedo seguir adelante, todo el dinero que me dieron de inversiones está invertido en bienes raíces que están hipotecados, ni mis familiares ni compañeros de trabajo ni mi esposa ni mis hijos, a quienes pido perdón, igual que a mis clientes, utilizaron de manera fraudulenta los recursos.