Si requieres una suegra amable para una boda, un ejecutivo que pida perdón de rodillas por un desacierto en tu compañía o un niño para experimentar la maternidad una tarde, en Japón los puedes rentar.
Efectivamente, en la década de los noventa en el País del Sol Naciente surgió una industria de alquiler de actores para interpretar cualquier papel que se requiera en la vida diaria de las personas.
Family Romance es la empresa de renta de personas más famosa. Entre sus servicios tiene “personal experimentado que ofrecerá más que placer real” al asistir como invitado a una boda; llamadas matutinas “para empezar el día con una atención”; grupos de jóvenes para simular una fiesta y “obtener muchos me gusta” en redes; una esposa para una cena con clientes y hasta una persona que puede “regañarte o ayudarte a reflexionar si hiciste algo mal”.
Como un dato curioso, su propietario -Yuichi Ishii- visita a 34 personas entre tres y 25 años haciendo el papel de su padre biológico por petición de sus madres; además, ha personificado al marido de más de 100 mujeres desde 2009.
Los catálogos de las empresas dedicadas al alquiler de actores incluyen desde mujeres que lloran en funerales, invitados a bodas, esposas despechadas para alejar a amantes obsesivas y tíos o hermanos que dan apoyo moral.
Según un miembro de la agencia Ossan Rental, que ofrece en renta a hombres de entre 30 y 70 años, a los que “se puede ver, pero no tocar”, suelen tener como clientas mujeres jóvenes que solamente buscan una charla para deshacerse del estrés laboral, incluso, en ocasiones los llaman para ensayar algún diálogo difícil que en breve entablarán con sus parejas.