Alice Gibbs es una reportera de cultura y tendencias de Internet que trabaja para la revista Newsweek, con sede en el Reino Unido, quien pudo comprobar como una diferencia en su consumo de alcohol logró hacer maravillas con su memoria, por lo que decidió publicar un artículo con los resultados.
Alice admite que es una bebedora, pues disfruta beber vino y cerveza en sus salidas de fin de semana con sus amigos, pero, por lo regular, en enero de cada año, trata de no probar nada de alcohol, porque después de las fiestas decembrinas siente que es necesario olvidarse de las bebidas alcohólicas por un tiempo.
La reportera lleva tres años haciendo esta especie de desintoxicación autoimpuesta y confiesa que siempre la ha hecho sentir mejor. Así que se puso a leer al respecto y descubrió un estudio llamado “Mind Crowd”, que consiste en hacer pequeñas tareas que prueban la memoria y la atención. Dicho estudio fue creado por Matt Huentelman y su equipo, quien es director de división y profesor de Neurogenómica en la División de NeoGenomics.
Además, Huentelman suele hablar de los beneficios y los cambios en los hábitos que se pueden obtener al dejar de beber. Al inicio de su mes de abstinencia, Alice tomó la prueba, en la que obtuvo un 44 por ciento de calificación con respecto a su memoria. La reportera se preocupó, ya que el promedio de calificación del estudio era de un 69 por ciento, por lo que decidió que le pondría muchas ganas a su mes de abstinencia.
Dormir mejor, hacer más ejercicio, mejorar los hábitos alimenticios, mejorar la riqueza de la socialización, mejorar la tolerancia al estrés, reducir la inflamación del cerebro y el cuerpo. Creo que los efectos positivos de no beber pueden ser una larga lista.
Tras concluir el mes de abstinencia, Alice volvió a hacer la prueba. Para su sorpresa, esta vez obtuvo un puntaje del 78 por ciento, colocándose incluso por encima del promedio, así que se prometió que pondría más atención en darse cuenta del impacto que los hábitos tienen en nuestro cuerpo y mente.
Los aspectos positivos son innegables, y si renunciar a un trago puede darme una mejor experiencia social, una mente más clara y un estilo de vida más productivo, eso es algo con lo que puedo estar de acuerdo.