SA pesar de los grandes avances tecnológicos y científicos que ha tenido la humanidad, las mujeres siguen siendo cuestionadas por el simple hecho de preferir la soltería o no desear ser madres, y este contraste deja al descubierto lo poco que realmente hemos avanzado como civilización.
Afortunadamente, Emma John es una de las mujeres a las que no les importa lo que la sociedad diga que es “mejor” para ella, y a sus 40 años se mantiene felizmente soltera, sin hijos y disfrutando de su vida al máximo. Su historia se volvió viral, ya que es fuente de inspiración para quienes sueñan con un estilo de vida en que el amor propio y la libertad lo son todo.
Emma es escritora y en su más reciente libro, Self Contained, explica las razones por las que prefiere estar soltera. Además, comparte que durante su etapa universitaria creyó que conocería al amor de su vida, tal y como le había ocurrido a sus padres y a su amigas, pero no fue así y está bien con ello, ya que la soltería selectiva le ha enseñado a amarse a sí misma de una manera que pocos entenderían.
Después de graduarme, salí con varios hombres, pero nunca por más de un par de meses. A algunos los dejé, otros me dejaron y todos eran tan diferentes que creí que servirían en mi búsqueda del indicado. Cuando cumplí 26 conocí a Matt, un hombre amable y decente de quien debería haberme enamorado por completo, pero no lo hice.
Cuando mis amigos empezaron a casarse, no sentí ansiedad por estar soltera. Asumí que llegaría mi tiempo.
Un amigo me dijo que necesitaba estar ‘más disponible’. Que el problema era que ‘no parecía que necesitara un novio’. Y tal vez esa era la respuesta, no lo necesitaba ni lo deseaba. Mi mamá se preocupó tanto por mí supuesta soledad que una vez me regaló una suscripción a un sitio de citas, algunos se hubieran ofendido con algo así, pero lo vi por el lado amable y le di las gracias.
Pero la soltería no es el único tema al que Emma se ha tenido que enfrentar, pues la sociedad también la cuestiona sobre la maternidad. Sin embargo, ella respondió de manera épica, dejando en claro que ni el matrimonio ni la maternidad son su deseo ni prioridad. Algo que todos deberían de entender y respetar.
Al cumplir 40 años, noté un cambio. Todos asumían que debía estar preocupada por mi fertilidad, pero nunca he estado desesperada por ser madre. No siento ese instinto.
Si tuviera que ‘vender’ la soltería, diría que envejecerás mejor, no te saldrán tantas arrugas. Solo piensa en todas las horas de sueño que tendrás en comparación con el resto de la humanidad, no habrá noches en que tu pareja o un niño te despierte. Los días feriados también serán mejores. No tendrás que llegar a un acuerdo sobre el destino ni ir de campamento si no te gusta… Jamás te sentirás culpable si alguien te gusta. Además, tendrás más tiempo y dinero para ti.
Emma nos recuerda que solo tenemos una vida y hay que vivirla como a nosotros nos plazca, no como otros quisieran que fuera.