A causa de que los dispositivos con acceso a internet forman parte no solo de nuestra vida cotidiana sino de nuestra vida laboral, hay una polémica porque comúnmente los mensajes de texto o correos electrónicos que tienen que ver con el trabajo siguen fluyendo en horarios no laborales.
Ante ello, algunos países europeos han sentado precedentes para garantizar el derecho de desconexión digital de los trabajadores con respecto a su empleador. El primer país en establecer un marco legal al respecto fue Francia, que en 2017 consignó este beneficio para trabajadores de empresas de más de 50 empleados.
Posteriormente se sumó Bélgica y en 2018 entró en vigor en España la Ley Orgánica 2/2018 para protección de datos personales y garantía de los derechos digitales, que incluye normativas de tipo laboral entre las que se cuentan los derechos a la intimidad y uso de dispositivos digitales, a la desconexión digital y a la intimidad frente al uso de dispositivos de geolocalización, videovigilancia y grabación de sonidos en el ámbito laboral, entre otros.
En el caso particular de España, empresas como Telefónica, Ikea, Axa y Santander ya han reconocido estos derechos en sus convenios colectivos de trabajo en respuesta a las peticiones de los sindicatos.
Garantizar la libertad personal de cada trabajador a la hora de decidir si estar o no conectado es parte de nuestra apuesta por la conciliación y el descanso de calidad.
Enrique Puig, director de Recursos Humanos de Ikea
Según un estudio realizado por Edenred y la consultora Ipsos, el 37 por ciento de los trabajadores encuestados (se tomó una muestra de 800 en España) están sometidos a niveles de presión altos debido a la digitalización de sus empleos, por lo que la desconexión les permitiría disminuir el estrés laboral y evitar afecciones relacionadas con este.
Aunque la tendencia a marcar claramente la frontera entre la vida laboral y personal sea incipiente, se espera que los casos de estos países europeos sean ejemplo para el resto del mundo y se tomen medidas concretas para evitar un desgaste laboral mayor en la era de la hiperconectividad digital.