Legisladores británicos debatieron acerca de si los empleadores pueden o no obligar a las mujeres a usar tacones altos como parte de su código corporativo de vestimenta.
Todo inició en diciembre de 2015, cuando Nicola Thorp llegó a su nuevo trabajo temporal como recepcionista en las oficinas de PwC en Londres, pero se topó con políticas discriminatorias al grado de que fue despedida inmediatamente sin el goce de al menos ese primer día laboral.
Pero ¿cuáles eran esas políticas?
La agencia contratista, Portico, tenía un código de vestuario que especificaba que las mujeres trabajadoras debían usar pantimedias que no fueran opacas, tener el cabello sin que se le vean las raíces de otro color, usar maquillaje y retocárselo regularmente, además de usar zapatos con tacones de entre 5 y 10 centímetros (2 y 4 pulgadas). Los superiores de Thorp le pidieron que se cambiara de zapatos a lo que se negó, con los resultados que ya se mencionaron.
Indignada ante la situación, lanzó una campaña para recabar firmas y así reclamar al Parlamento británico que impida a las empresas plantear códigos de vestimenta extremos, sexistas y hasta discriminatorios. La petición superó ampliamente las 100 mil firmas necesarias para que el legislativo estudiara el tema (tenía más de 152 mil cuando fue cerrada). El siguiente paso fue la puesta en marcha de una investigación oficial sobre los tacones y el dress code en los centros de trabajo, cuyos hallazgos ya fueron publicados.
Tacones altos y códigos de vestuario en el puesto de trabajo
El informe del Comité de Mujeres e Igualdad concluye que el de Nicola Thorp no es un caso aislado y que, aunque existe una ley (el Acta de Igualdad de 2010) que debería proteger a las trabajadoras, la exigencia de llevar tacones en el trabajo sigue siendo habitual. No solo eso, otras mujeres han denunciado durante la investigación que sus empresas las habían obligado a llevar maquillaje, ropa ligera o incluso a teñirse de rubio.
“Puede que esto empezara con un par de tacones altos, pero lo que ha revelado acerca de la discriminación en los centros de trabajo británicos es vital”.
Declaró Thorp.
“Los trabajadores deberían ser capaces de hablar sobre la discriminación en los centros de trabajo en una plataforma, sin miedo a perder sus empleos”.
Códigos “sexistas y desfasados”
La secretaria de Estado para la Mujer y la Igualdad en el Reino Unido, Caroline Dinenage, llamó en el debate parlamentario a las empresas a desterrar los códigos de vestimenta “sexistas y desfasados” para las mujeres.
“Llevar o no llevar tacones debería ser una decisión completamente personal y no depender de un dictamen laboral cuestionable y desfasado de los años 70”.
Dijo Dinenage que subrayó que el Gobierno británico:
“Condena con firmeza códigos de vestimenta como esos, cuando sus efectos son discriminatorios”.
Who Are You Wearing?
El debate en el Parlamento británico no ha terminado y se refuerza con la iniciativa Who Are You Wearing? que encabeza Nicola, en el que crea conciencia sobre los códigos de vestimenta, además de recabar testimonios y presentar ejemplos de situaciones comunes que generalmente pasan desapercibidas y que estereotipan y discriminan.