La mayoría de quienes nos encontramos en el mundo laboral estamos sujetos a un horario de ocho horas diarias, lapso en el que debemos realizar diferentes tareas y completar nuestras encomiendas. Este horario fue establecido en el siglo XIX por el británico Robert Owen, quien sugirió la idea de ocho horas de trabajo, ocho horas de recreo y ocho horas de descanso. En aquella época hubo muchos opositores, pero con el paso del tiempo se comprobó que era mejor que trabajar jornadas de 12 horas.
Sin embargo, en la actualidad se está cambiando la manera de pensar en cuanto el tiempo en que una persona puede ser productiva, rendir mejor y ser más eficiente. Los suecos, siempre a la vanguardia en iniciativas para mejorar la calidad de vida, tuvieron una gran idea.
Los suecos son los pioneros
Como parte de un experimento para demostrar que el trabajo de ocho horas puede ser realizado en menos tiempo, en la ciudad de Gotemburgo la jornada laboral fue reducida a tan solo seis horas durante dos años. Se realizaron varias pruebas en distintas partes de Suecia, incluyendo a varios tipos de empleadores.
La investigación consistió en que la mitad de los funcionarios trabajarían solo seis horas sin disminución de sueldo, y el resto continuaría con su jornada normal. Con dos horas menos de trabajo, los trabajadores podrían pasar más tiempo con sus familias, realizar otro tipo de actividades como salir a pasear, visitar museos o simplemente tener un rato de ocio con sus amigos.
El objetivo era ser más felices
Uno de los objetivos de la prueba era que las personas tuvieran un acercamiento con sus familias, esto haría que los empleados fueran más eficientes, tendrían más disposición al trabajo y sus niveles de energía subirían.
El resultado fue contundente: todos estaban satisfechos con la experiencia.
Trabajadores más eficientes
Uno de los sectores beneficiados con el programa fue el departamento de salud; los enfermeros de varios centros de atención de ancianos fueron los primeros en implementar la norma.
Entre las personas que tuvieron la oportunidad de disfrutar de esta reducción en su horario de trabajo se encontraban Emilie Telander, enfermera asistente, y Arturo Perez, proveedor de cuidados en la casa de descanso Svartedalens. Ambos aseguraron estar mucho más contentos y llenos de energía; sentían mayor disposición de asistir a las personas y disfrutaban con sus hijos más tiempo. Perez aseguró que “un trabajador contento es un mejor trabajador”.
Se lamenta de volver a su horario normal
Telander dijo sentirse más cansada que antes después de que regresó a su horario normal.
“Durante la prueba, todo el personal tenía más energía y todo el mundo estaba feliz”.
Para los encargados del experimento también hubo buenos resultados, pues aseguran que se registraron menos ausencias laborales, menor número de empleados con reporte de enfermos y la productividad había aumentado al menos un 85%.
Se sentían más contentos
Daniel Bernman, concejal responsable de la atención de ancianos y miembro del partido de Izquierda en el Ayuntamiento de Gotemburgo, dijo que durante 40 años habían tenido una semana laboral de 40 horas y debido a ello su personal presentaba muchos reportes de permisos por enfermedad y retiro anticipado. De acuerdo con Bernman, lo que el experimento social busca es mejorar la vida laboral y mantener la asistencia de los trabajadores durante los próximos 40 años.
“¿Podemos hacer esto en todo el municipio? La respuesta es no, es demasiado caro”.
Por otra parte, Maria Rydén, vicealcaldesa de Gotemburgo, no aprueba el recorte del horario laboral. Considera que no es justo pagarle a la gente por no trabajar, y asegura que este tipo de sistema solo atraerá altos costes para el contribuyente fiscal, por lo que el Gobierno no debería de entrometerse en el lugar de trabajo.
A pesar de la oposición, los resultados fueron positivos
Muchos negocios de Suecia han aceptado poner aprueba el concepto. Ellos han descubierto que un día laboral más corto reduce los reemplazos de personal, pasaban menos tiempo en Internet, mejora la creatividad de los empleados y eleva la productividad en la medida suficiente para compensar el costo de contratar personal adicional.
“Nosotros creíamos que tener una semana laboral más corta significaría que tendríamos que contratar a más gente, pero no ha resultado así porque todos trabajan de manera más eficiente”.
-María Brath, empresaria de Estocolmo que utilizó ese sistema.
Desean continuar con el esquema
Una de las multinacionales que aplicó este método fue Toyota, en sus plantas en Suecia. Los empleados tienen jornadas de 6 horas desde hace 13 años. Los responsables aseguran que tienen menos reclamaciones de los clientes, el personal pide menos bajas y los beneficios han crecido de forma importante.
Muchas empresas y negocios han implementado la reducción de horas en la jornada laboral y todas coinciden en que sus trabajadores están más contentos y asistían con más gusto a sus empleos.
Los expertos opinan
En la opinión de Aram Seddigh, quien ha terminado su doctorado en el Instituto de Investigación de Estrés de la Universidad de Estocolmo y se dedica al estudio de los cambios en los patrones de trabajo, trabajar durante seis horas sería más efectivo en organizaciones como los hospitales y puede resultar menos efectivo en organizaciones donde los límites entre el trabajo y la vida privada no están muy claros; podrían incluso aumentar los niveles de estrés, ya que los empleados se apresurarían para terminar todo el trabajo de ocho horas solamente en seis, incluso llevarse el trabajo restante a casa si trabajan en una oficina.
Mejorar el ambiente de trabajo
Bengt Lorentzon, quien es el investigador principal del experimento en la casa de reposo Svartedalen, sugiere que la jornada de seis horas choca con la fuerte cultura de trabajo flexible promovida por muchas empresas suecas:
“No creo que la primera pregunta sea si se debe o no reducir las horas. La primera debería ser: ¿qué podemos hacer para mejorar el ambiente de trabajo? Tal vez cosas distintas funcionan mejor para diferentes grupos”.
No es viable para el gobierno
Algunos otros países han intentado aplicar un sistema de reducción en la carga de horas laborales, como Francia, donde se cambió la ley para disminuir a tan solo 35 horas semanales en el año 2000, aunque continúa en debate dicha modificación. Y en México, el empresario Carlos Slim ha sugerido que los trabajadores deberían de asistir únicamente tres días a la semana a laborar, algo que suena más a utopía.
A pesar de los buenos resultados, la probabilidad de que la medida sea implementada no es factible, pues para poder llevar a cabo el experimento, se tuvo que contratar a 17 trabajadores extras sobre una plantilla de 82, lo cual representó un incremento de 22% al presupuesto. Aunque se crearon nuevas fuentes de trabajo que reducían los costos de cobertura por enfermedad, el gasto fue de alrededor de 1.3 millones de dólares.