Una influencer estadounidense presumía en sus redes sociales su lujoso estilo de vida, en las imágenes, se le podía ver viajando por distintas partes del mundo y luciendo bolsas de exclusivas marcas y lujosos autos.
Pero no hay nada oculto que no llegue a descubrirse y la egresada de la universidad Horace Mann, en Nueva York, fue condenada por defraudar los programas de ayuda que el gobierno de los Estados Unidos implementó como apoyo en los tiempos de la pandemia por covid-19.
Según el New York Post, que tuvo acceso a información de la Oficina del Fiscal Federal para el Distrito de Massachusetts, Danielle Miller es una mujer neoyorquina de 32 años, que se declaró culpable de conseguir de manera fraudulenta la cantidad de 1.5 millones de dólares en fondos del gobierno, robando las identidades de más de diez personas.
Con el robo de dichas identidades, la estafadora solicitaba préstamos al Gobierno Federal que eran apoyos otorgados por la pandemia de covid-19, desde julio de 2020 hasta mayo de 2021. Además, Danielle también utilizaba nombres de empresas falsas.
Pero esta no es la primera vez que Danielle tiene problemas con la justicia, pues ya había estado presa por el mismo delito de fraude en la prisión de Rikers Island, Nueva York. Por increíble que parezca, la chica forma parte de una familia de clase alta, pero las malas decisiones tomadas en su vida provocaron que terminara siendo una estafadora. En entrevista para New York Magazine, Miller habló sobre su estilo de vida:
Honestamente, me considero más una estafadora que otra cosa. Literalmente, todos quieren trabajar conmigo. Soy tan buscada que es una locura. Mi cuenta de Instagram desde que me encerraron tiene miles, miles de mensajes directos preguntándome cuál es mi nombre en Telegram para trabajar conmigo.
Finalmente, Danielle llegó a un trato con la fiscalía declarándose culpable, por lo que deberá devolver 1.3 millones de dólares y cumplir una condena de seis años en prisión. Lamentablemente, la mujer afirma que aprendió sus habilidades para perfeccionar sus estafas en prisión y en Internet. Además, parece no estar arrepentida de ser delincuente, ya que menciona que ha tenido una vida que muchos sólo pueden soñar.
Si hay algo que quiero, lo consigo. Soy muy carismática y a la gente le gusta contarme cosas. No puedo vivir la vida pensando, ‘Oh, ¿y si esto no pasara? ¿Y si eso no hubiera pasado?, porque entonces me hubiera pasado otra locura. Porque mi vida ha sido una serie de eventos locos.