Uno de los problemas más fuertes que enfrenta México en cuestión de seguridad son los secuestros, pues muchas personas han sido privadas de su libertad y ni siquiera algunos famosos han podido librarse de vivir esta pesadilla.
Irán Castillo, a quien recordamos como actriz de las telenovelas que producía Televisa, tales como Agujetas de color de rosa, Soñadoras, Preciosa, entre otras, habló de los duros momentos que vivió cuando estuvo cautiva por un banda criminal y que incluso llegó a sufrir el síndrome de Estocolmo.
Según la página Mi Scielo, el síndrome de Estocolmo es un fenómeno paradójico en el que la víctima desarrolla un vínculo positivo hacia su captor como respuesta al trauma del cautiverio. En una entrevista con la periodista Mara Patricia Castañeda, la intérprete de Yo por él habló de lo difícil que ha sido superar esta etapa de su vida.
Es que mira, yo siento que hasta la fecha sigo resolviéndolo, te voy a explicar por qué. Cuando a mí me pasa esto, ¿has oído hablar del síndrome de Estocolmo? Yo siento que yo tuve ese síndrome un buen rato.
Te voy a explicar por qué, a mí me tuvieron tres días ahí y fue muy intenso. Nunca me taparon cómo tal, pero siempre me decían ‘No nos voltees a ver y si nos volteas a ver, pues casi casi que te va fatal’.
Entonces yo veía piececitos, de reojo y cosas así y la voz. Pero siempre estaban ahí y yo, digamos, estaba con ellos, pues haces un vínculo, de verdad, es impresionante pero haces un vínculo porque ahora me queda tan claro que todos somos uno y que todos estamos conectados.
La actriz siguió contando que ella estaba muerta de miedo y que, como consecuencia, ella se conectaba con el miedo de los delincuentes y aquello se convertía en un miedo general, pues los secuestradores también manejan mucho el miedo a que los atrapen o metan a la cárcel.
Y desde ahí estas vinculado por ese miedo y la verdad es que ellos nunca me pegaron, no me violaron, no me tocaron, nada. Algunos de ellos hasta me decían: ‘Flaquita, ¿qué te traigo de desayunar?’. Buena onda, hasta podría decir.
Aunque no la agredieron físicamente, la actriz reveló que sí hubo mucho maltrato psicológico por parte de quien era el jefe de la banda, quien era la persona que les hablaba por teléfono, alguien que después se supo que estaba en prisión.
Ese que hablaba por teléfono era el malo, entonces él si me violentaba mucho, todo lo que me decía, que de repente me ponían la pistola (en la cabeza) y así.
Debido a que no la agredieron físicamente, cuando ella regresó a su casa, tenía la firme convicción de no decir nada, pues estaba muy agradecida de que no le hicieron algo malo y hasta pensaba que prácticamente le habían salvado la vida.
Entonces yo llego a mi casa y ya estaban ahí todos, estaba la SEIDO (Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada) y ya me dicen que tengo que decir; y yo supertraumada porque les prometí que no iba a decir nada.
La también cantante se sentía muy culpable por tener que denunciarlos, pues creía que, de alguna forma, se estaba portando mal con personas que fueron tan lindas con ella. Obviamente, las autoridades le estaban pidiendo información, a lo que ella solo les respondió que no se las daría.
Bueno, tuvieron que hablarle a una psicóloga para que fuera a hablar conmigo, porque yo estaba en que no y no y no, casi casi son mis cuates. Házme el favor. ¿Qué loco, no?
Después de que la actriz de El tigre de Santa Julia tomó terapia, comenzó a darse cuenta de lo que en realidad había pasado. Al final, ella aceptó que no les debía nada a sus captores, pues esas personas habían abusado de ella al privarla de su libertad. Además, no era la única víctima a quien habían secuestrado, por eso merecían pagar las consecuencias de sus actos.