¿Eres de las personas que no dejan la oficina hasta que terminas tu trabajo y queda perfecto? Entonces tienes que conocer la historia de Miwa Sado, quien murió a los 31 años por trabajar más de 159 horas extras en un mes y solo haber tomado dos días de descanso.
La japonesa falleció por una insuficiencia cardíaca causada por el estrés y cansancio. Miwa era periodista y estaba a cargo de la información local de Tokio, Japón. La joven cubría las elecciones de gobierno y las de la Cámara Alta del Parlamento, que se celebraron el 21 de Julio de 2013, tres días antes de su fallecimiento.
¿Por qué hasta ahora se conoce la noticia?
NHK, la cadena para la que trabajaba, y el gobierno mantuvieron en secreto las causas de su fallecimiento, ya que el número de personas que mueren por culpa del trabajo en el país nipón va en aumento.
Un grave problema
Cuatro años después, la responsable de la cadena Masahiko Yamauchi, ha reconocido en una rueda de prensa que tanto su compañía como la sociedad nipona tienen un problema estructural y de organización relacionado con el ámbito laboral.
Su caso debe ser tomado como ejemplo
Luego del comunicado, la familia de la víctima emitió un mensaje a través de la misma cadena para la que trabajaba Sado:
Aun hoy, cuatro años después, no podemos aceptar la muerte de nuestra hija como una realidad. Esperamos que el dolor de una familia desolada no sea desperdiciado.
Culto al trabajo
Y es que Japón está sumido desde hace algunas décadas en un debate social sobre las leyes que rigen su mercado laboral porque permiten que las personas trabajen horas extra sin límite, previo a un acuerdo entre la empresa y sus empleados.
En una sociedad que tiene una gran devoción por el trabajo, muchos anteponen sus responsabilidades laborales a su vida privada e incluso su salud.
Otros casos similares
La palabra Karoshi es un término dado por los japoneses a la muerte por exceso de trabajo. Existe un debate sobre los abusos existentes en el mercado laboral desde que se diera a conocer el primer caso en 1969.
Uno de los más sonados fue el del conductor de autobuses que trabajó durante 15 años sin tener un solo día de descanso. El hombre falleció a los 37 años tras sufrir una embolia.
El caso Mori
Otro fue el de Mina Mori, quien en 2008 trabajaba para la firma Watami Foodservice, una cadena de restaurantes japoneses que ha obtenido en varias ocasiones el “Premio a las Empresas Negras”, otorgado por periodistas, activistas y profesores universitarios a aquellas compañías que abusan de su poder sobre los empleados.
Mori trabajó por dos meses sin descanso con más de 140 horas extras por mes. En ocasiones fue obligada a dormir en el restaurante. Por las mañanas realizaba sesiones de entrenamiento y luego era obligada a redactar informes sobre el funcionamiento de la empresa. Cansada de tanta presión, la joven escribió una carta a sus padres contando su situación, posteriormente se quitó la vida.
En 2012, su suicidio fue declarado como “accidente laboral” y la empresa negó toda responsabilidad. Ni siquiera le dieron la cara a los familiares, pero en diciembre de 2015, finalmente admitieron su culpa y terminó indemnizando a la familia con 970 mil euros (130 millones de yenes, un millón 142 mil dólares).
Los padres de Mori afirmaban que había sido un asesinato y que hasta que no fueran castigados los responsables se continuarían cometiendo este tipo de homicidios.
Uno más a la lista
Otro de los casos mediáticos sucedió en abril de 2015. Matsuri Takahashi, de 24 años, se suicidó tras no poder soportar por más tiempo el exceso en las horas de trabajo a los que estaba siendo sometida.
Ella trabajaba para una agencia de publicidad. Su fallecimiento provocó que se reabrieran las heridas y regresara el debate. Esto fue lo que obligó al primer ministro, Shinzo Abe, a reaccionar.
No se ve una solución próxima
Lamentablemente para los japoneses, sus leyes laborales son abusivas y la sociedad no contribuye para que se pueda producir un cambio verdadero.
De acuerdo al Ministerio de Trabajo del país, durante el 2015 fallecieron hasta 189 personas a causa del exceso laboral, aunque muchos opinan que esta cifra se debe multiplicar por diez.