La ganadora del premio Nobel de la paz y activista paquistaní Malala Yousafzai pidió públicamente que todos los países cercanos a Afganistán abran sus fronteras para recibir a los miles de refugiados que intentan escapar de la tiranía del Talibán.
Durante los últimos días, cientos de miles de personas han hecho hasta lo imposible por huir del país. Yousafzai declaró que las imágenes de los ciudadanos intentando trepar un avión en la pista de despegue del aeropuerto nacional demuestran la urgente crisis humanitaria que se está viviendo.
Estamos viviendo en un mundo donde hablamos sobre progreso, sobre equidad, sobre igualdad de género. No podemos ver a un país retroceder décadas y siglos de avances. Tenemos que tomar decisiones importantes para proteger a las mujeres y las niñas, para proteger a los grupos de minorías, buscar la paz y la estabilidad de esa región.
No puedo dejar de pensar en mi propia infancia. Cuando el Talibán tomó control de mi ciudad natal en 2007 y al poco tiempo prohibió a las niñas recibir una educación. Escondí mis libros bajo mi largo y pesado chal, caminando a la escuela con miedo. Cinco años más tarde, cuando tenía 15, el Talibán intentó matarme por declarar mi derecho a ir a la escuela.
Pero no es tarde para ayudar a las personas de Afganistán, particularmente mujeres y niños.
Durante las últimas dos semanas, hablé con varios activistas en Afganistán sobre su situación actual y lo que creen que pasará ahora. Una mujer, quien dirige una escuela para niños de escasos recursos, me dijo que ha perdido contacto con todos sus maestros y estudiantes.
Fue ella la que me dijo algo que he escuchado por parte de muchos más. Los poderes regionales deberían asistir activamente para asegurar la protección de mujeres y niños. Países vecinos como China, Irán, Paquistán, Tayikistán, Turkmenistán, deben abrir sus fronteras para los civiles que intentan huir. Esto salvará vidas y ayudará a estabilizar la región. Deben permitir que niños refugiados entren a escuelas locales, y organizaciones humanitarias necesitan organizar centros de aprendizaje temporales en las zonas y campos para los refugiados.
Tendremos tiempo de debatir qué es lo que salió mal en la guerra en Afganistán, pero en este momento crítico debemos escuchar las voces de las mujeres y niñas afganas. Ellas piden protección, educación, libertad y el futuro que les fue prometido. No podemos seguir fallándoles. No tenemos tiempo que perder.
Yousafzai tenía solo 15 años cuando se convirtió en el blanco de un ataque organizado por el Talibán a causa del blog, publicaciones y pláticas en las que Malala había estado hablando sobre la importancia de la educación para las niñas jóvenes de Paquistán en los últimos cuatro años.
Por ello en 2014 ganó el premio Nobel de la paz y desde entonces llevó sus estudios en la Universidad de Oxford, de donde se graduó apenas el año pasado. En 2018 regresó a Paquistán por primera vez en más de seis años cuando los líderes de aquel país declararon que el terrorismo había sido erradicado.