De acuerdo con la información dada por medios internacionales, a finales del mes de septiembre, Uganda declaró de forma oficial un brote de ébola luego de que se confirmara un caso que lamentablemente perdió la vida y la existencia de varios sospechosos.
Por su parte, el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, afirmó que incluso cuando el gobierno de Uganda está haciendo un gran esfuerzo para contener el virus, el aumento de casos en las ciudades es preocupante.
Cabe aclarar que en tan solo un mes se confirmaron decenas de casos probables. Sin embargo, para el 26 de octubre, la OMS rastreó 115 casos confirmados, 21 probables, 32 muertes confirmadas y 15 casos con cuatro muertes entre trabajadores de la salud. La ciudad que ha resultado más afectada hasta este momento es Mubende, que ha notificado el 54.7 por ciento de todos los casos.
Esta situación puede ser muy peligrosa, pues el brote es una cepa del virus que proviene de Sudán y las vacunas que se han usado para frenar los brotes del ébola, por ejemplo, en el Congo, no son efectivas contra esta.
El gobierno de Uganda ha puesto en marcha varias medidas para contenerlo. Sin embargo, la OMS considera que necesitará ayuda extra para evitar que el brote salga de control dentro y fuera del país. Se tiene entendido que el presidente, Yoweri Museveni, ordenó confinamiento por tres semanas en dos distritos que tienen varios casos positivos debido al alto riesgo de propagación.
La enfermedad por el virus del Ébola (EVE) generalmente es mortal y se han detectado cinco cepas distintas, incluida la de Sudán. Tal parece que, de nueva cuenta, los huéspedes naturales de este tipo de virus son los murciélagos frugívoros y se contagia a los humanos por el contacto con órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales de animales infectados.
De persona a persona se transmite por contacto directo, como las membranas mucosas, órganos, sangre, secreciones, etc. Los síntomas son la fiebre, debilidad intensa, dolores musculares, de cabeza y garganta, vómitos, diarrea, erupciones cutáneas, disfunción renal y hepática. Además, en situaciones más graves, hay hemorragias internas y externas.