¿Ducharse por la mañana es mejor que ducharse en la noche? Esta pregunta siempre genera un gran debate porque la mayoría asegura que es mejor hacerlo por las mañanas, pues te permite “despertar” y estar fresco durante todo el día.
Lo mejor es investigar para obtener una respuesta sabia, así que ya descubrimos algunos estudios científicos que revelaron la verdad. A partir de ahora es posible que tu rutina cambie totalmente.
Beneficios de ducharse por la mañana
De acuerdo con un artículo publicado por la doctora Janet K. Kennedy para The New York Times, ducharse por la mañana es beneficioso para las personas que tienen problemas para despertarse, porque el agua ayuda a que el sistema nervioso se active. Pero a quienes les gusta el agua fría, ni siquiera lo piensen, porque pueden hacer que la temperatura corporal aumente sin tener una necesidad real para hacerlo y puede ser perjudicial.
Además, bañarse por la mañana también es beneficioso porque puedes desprenderte de la suciedad que puede acumularse por la noche, como el sudor, el contacto íntimo con nuestra pareja o los ácaros o pequeñas partículas de polvo que puedan estar en nuestra cama.
Por otro lado, la profesora de psicología de la Universidad de Harvard, Shelley Carson, revela que las duchas que se toman en la mañana pueden poner al cuerpo en un “estado óptimo de creatividad”. Además, estarás más alerta todo el tiempo.
Beneficios de ducharse por la noche
La doctora Kennedy también explicó los beneficios de la ducha por la noche y de acuerdo a sus palabras:
En sincronía con los ritmos circadianos (los cambios físicos, mentales y de conducta siguen un ciclo diario y responden, en gran medida, a la luz y a la oscuridad en el ambiente de un organismo), el cuerpo tiende a enfriarse de forma natural por las noches a medida que se acerca nuestra hora de dormir. Al ducharnos por la noche, contribuimos a elevar de forma artificial nuestra temperatura corporal, lo que ayuda al enfriamiento más acelerado y esto estimula el sueño.
De acuerdo a la doctora, tomar un baño por la noche ayuda a que nuestro cuerpo se relaje y se libere la tensión muscular. Además, el sueño se concilia mucho mejor.
La Sociedad Española del Sueño opina lo mismo
El doctor Carlos Egea explica que:
Iniciamos el sueño una vez que baja la temperatura corporal. Una ducha que no supere los 38 grados puede aportar, luego de un día ajetreado o de ejercicio, un efecto relajante y reduce los grados, por eso duermes más pronto de lo normal.
La doctora Shelley también confirma que estas duchas favorecen al sueño porque se reducen los niveles de cortisol, la hormona que tiene que ver con el estrés, así que estaremos más tranquilos y relajados si lo hacemos seguido. Ahora ya lo sabes, las duchas nocturnas ganan. Siempre lo supimos.