El estrés aparece cuando nos enfrentamos a situaciones que nos resultan preocupantes y nos hacen sentir que no podemos seguir adelante. Las consecuencias que este tiene en nuestra salud son diversas, desde la caída de cabello, úlceras gástricas, dolores de cabeza hasta problemas dentales.
Sí, tal vez no lo sabías, pero el estrés podría estar dañando a tu salud bucal de una manera impresionante. Enseguida te decimos los síntomas más frecuentes y algunos tips para contrarrestar el daño. Recuerda que lo más recomendable es acudir con tu dentista de cabecera y tratar de relajarte lo máximo posible, ya sea con una clase de yoga, una charla con tu mejor amiga o una bien merecida siesta.
Así afecta a tus dientes y encías
Sangrado e inflamación de encías: Cuando te encuentras bajo mucha presión, las encías se vuelven más sensibles y tienden a sangrar e inflamarse debido al exceso de bacterias y la baja resistencia del sistema inmune. Para evitarlo se recomienda lavar los dientes 30 minutos después de cada comida.
Herpes o afta labial: Estas aparecen porque el cuerpo se encuentra bajo de defensas y la boca está expuesta a bacterias. Para eliminarlas se recomienda utilizar un anestésico especial o antiséptico bucal.
Gingivitis: Es una enfermedad bacteriana que provoca inflamación e infección en los tejidos de las encías. Esta puede aparecer porque las defensas del cuerpo se encuentran bajas a causa del estrés.
Bruxismo: Consiste en apretar la dentadura y hacerla rechinar de manera inconsciente. Esto suele suceder con mayor frecuencia durante las noches. El rechinamiento desgasta los dientes y puede llegar a causar problemas de articulación en la mandíbula.
Caries: El estrés reduce la producción de saliva, haciendo que la boca se deshidrate y que aumente la probabilidad de sufrir xerostomía. A su vez, la xerostomía irrita los tejidos blandos de la boca, facilitando la aparición de infecciones o caries.
Evítalo y mantén unos dientes hermosos
- Visita de manera periódica al dentista. Por lo menos una o dos veces al año.
- Cepilla tus dientes al menos dos veces al día.
- Usa hilo dental una vez al día.
- Mantén una dieta sana y equilibrada. Evita consumir alimentos duros o muy crujientes.
- Trata de relajarte con una clase de yoga, meditación o alejándote de aquellos que no suman nada bueno a tu vida.
- Si el problema es sumamente grave, acude a tu dentista para que realice una evaluación y pueda recetarte el uso de guardas bocales o algún medicamento desinflamante.