De acuerdo a la página PsychologyToday, de la Universidad de California, existen 7 hábitos crónicos que tiene la gente infeliz. La investigadora Sonja Lyubomirsky afirma que en un 40% la felicidad depende de nuestro poder de cambio.
Existen millones de personas en el planeta que realmente son felices, el resto oscila entre la felicidad y la infelicidad, dependiendo de cómo haya tenido su día. Lyubomirsky advierte que antes de explicar los 7 hábitos nos debe quedar claro que todas las personas, alguna vez en su vida, sufren infelicidad por un día o incluso semanas; sin embargo, esto no quiere decir que se viva infeliz todo el tiempo. “La diferencia entre una vida feliz e infeliz radica en la frecuencia y el tiempo que nos quedamos ahí”.
1. Creen que la vida es difícil siempre
La diferencia con las personas felices es que éstas saben que la vida puede ser dura y que se tendrán que enfrentar a momentos poco favorables con un actitud de curiosidad y no de victimismo. Son responsables y aceptan haberse metido en problemas, se concentran en salir de ellos lo antes posible.
La perseverancia es la solución a los problemas, el quejarse por las circunstancia es un síntoma de una persona infeliz. Todo el tiempo se ven como víctimas de la vida y se estancan en la actitud de “mira lo que me ha pasado” y no buscan la salida.
2. Son desconfiados
La gente infeliz no cree en sus compañeros, no confía en las demás personas. Por desgracia, este comportamiento va rompiendo toda conexión con el mundo más allá de su círculo interno, e impide la oportunidad de hacer nuevos amigos.
Los felices en su mayoría creen en la bondad de la gente, no consideran que todo el mundo tiene la intención de tomarles el pelo. En general, la gente feliz se muestra abierta y simpática con las personas que conocen y desarrollan un sentido de comunidad a su alrededor.
3. Se enfocan en lo que está mal y no en lo que está bien
Claro que hay muchas cosas malas en el mundo, pero la gente infeliz pasa por alto lo bueno y sólo se concentra en lo que va mal. Los distingues fácilmente: siempre se quejan y responden: “Sí, pero…” a cualquier aspecto del mundo.
La feliz es consciente de los problemas que hay, pero equilibran su preocupación con el conocimiento de lo que está bien. Para Sonja, es “tener los dos ojos abiertos. Los que no son felices tienden a cerrar uno ante lo bueno por distraerse en lo malo”. La gente feliz mantiene la perspectiva.
4. Se comparan con otros por envidia
Una persona infeliz cree que la buena suerte de los demás le está robando la suya. Piensan que no hay suficientes cosas buenas para todos y siempre se están comparando con otros. Actitudes como ésta los lleva a los celos y el resentimiento.
Los felices saben que la suerte que lleguen a tener depende de las circunstancias de aquello a lo que pueden aspirar y a lo que pueden conseguir. Creen que poseen un plan de acción único que nadie puede duplicar ni robar. No se desaniman pensando que su buena suerte se limita cuando a otros le está yendo bien en la vida.
5. Ansían el control de su vida
La diferencia de ansiar y conseguir radica en conseguir nuestros objetivos. Los felices guían sus días paso a paso para lograr sus metas, al final se dan cuenta de que pocas cosas son las que se pueden controlar, pues lo que depara la vida define su nueva dirección.
Las que son infelices tienden a microgestionar sus esfuerzos por controlar los resultados y se derrrumban cuando la vida les cambia el plan. La clave es centrarse en objetivos, pero dejar espacio para que ocurra lo peor sin derrumbarse. “Hasta los mejores planes se desvían cuando algo sale mal , la gente feliz tiene su plan B: seguir la corriente”.
6. Consideran su futuro incierto y sienten miedo
Los pensamientos negativos no dejan reaccionar a las oportunidades a las personas infelices, evitan pensar en lo que podría salir bien. Tienen su mente repleta de miedos y preocupaciones constantes.
Las felices tienen una dosis saludable de delirio y se permiten soñar despiertos con lo que les gustaría que la vida los sorprenda. También experimentan miedo y preocupación. Cuando el miedo llega a una persona feliz, piensa en qué hacer para evitar que ocurra lo que le preocupa; es responsable. Si no está a su alcance, se dan cuenta de que el miedo se está apoderando y lo detienen.
7. Sus pláticas son chismes y quejas
Les gusta vivir en el pasado. los problemas y lo que les pasa son sus temas favoritos. Las personas infelices, cuando no tienen nada que decir, hablan e inventan o cuentan chismes sobre la vida de otras personas. Las felices viven en el ahora y sueña con el futuro. Puedes sentir la vibra positiva al entrar en una sala. Cuando algo sale bien, se alegran y agradecen lo que tienen.
Por supuesto, nadie es perfecto. Todos alguna vez hemos pasado por el mundo de la negatividad, pero lo importante es el tiempo que nos quedemos en ella y lo rápido que se intente salir de ahí. Los hábitos positivos del día a día diferencian a las personas felices de las infelices.
Anda, cáete, vuelve a levantarte y repítelo. La diferencia reside en levantarse. Lyubomirsky