Luego de que en 1941 se aislara de las espinacas el ácido fólico y se comprobara su importancia para el desarrollo fetal, la formación de ADN y la producción de sustancias químicas clave para el cerebro y el sistema nervioso, su prescripción para las mujeres embarazadas se popularizó, pero esta vitamina (B9) es importante y necesaria para todos.
Durante la gestación, el ácido fólico previene los defectos del tubo neural en el bebé, es decir, problemas que puedan surgir en el cerebro o en la médula espinal; también se recomienda que las mujeres que están buscando quedar embarazadas lo tomen para prevenir un aborto involuntario o complicaciones graves como el aumento de presión arterial que puede causar eclampsia.
Pero en cualquier persona, hombre o mujer de cualquier edad, la bitamina B9 protege las células sanas, previene enfermedades cardiovasculares y degenerativas, evita la anemia, controla la hipertensión, es útil para tratar los síntomas de la menopausia, reduce posibilidades de padecer cáncer de colon, cáncer de cuello uterino y, en algunos casos, cáncer de seno.
Por si esto fuera poco, otro gran beneficio del ácido fólico es su función de mejorar el crecimiento celular de los tejidos, es por eso que cuando se consume el cabello cambia: se vuelve brillante y voluminoso, los folículos pilosos son estimulados y se evita el envejecimiento prematuro de la estructura capilar, las canas prematuras, crece fuerte y resistente a la caída.
La dosis recomendada de ácido fólico es variable según la edad y el estado fisiológico, pero a partir de los 16 años se recomiendan 400 microgramos, las mujeres embarazadas requieren 600 y las que están amamantando 500 microgramos al día. La carencia de la vitamina B9 se puede reflejar también en dificultades como la disminución de la fertilidad, inflamación de las encías, pérdida de la memora, entre otras.
Para obtener ácido fólico dependemos de la dieta y la vitamina no se almacena por mucho tiempo en el cuerpo, ya que es hidrosoluble. Las principales fuentes del compuesto son: hígado de pollo, espinacas, frijoles, hojuleas de maíz enriquecidas, lechuga, brócoli, tomate, papa y coliflor, por citar algunos, pero debido a que como sustancia es sensible a la luz y al calor en la cocción de los alimentos vegetales puede perderse hasta el 40 por ciento de la vitamina.