Es bueno hacernos cargo de nuestra etapa reproductiva, ¿pero qué pasa cuando nuestro método anticonceptivo nos trae consecuencias dolorosas y sus efectos secundarios nos vuelven la vida imposible?
Aunque la píldora es uno de los anticonceptivos más populares, es bien sabido que su consumo tiene reacciones adversas: náuseas, dolores de cabeza, aumento de peso, aparición de acné, cambios de humor, pérdida de libido, menstruación irregular, etcétera. ¿Pero en realidad estos síntomas son normales e inevitables?
La mayoría de las mujeres sufren efectos secundarios por tomar la píldora
Un estudio realizado por el Instituto Karolinska y la Escuela de Economía de Estocolmo sobre cómo este método afecta a las mujeres, encontró que su consumo aumenta los problemas de salud tanto física como mental.
Se analizó a un grupo de 340 mujeres sanas entre 18 y 35 años a las que aleatoriamente se les dio a tomar placebos o anticonceptivos, y ni ellas ni los investigadores sabían qué píldora consumió cada una durante la investigación.
Al final, las mujeres que tomaron la píldora informaron que su autocontrol, vitalidad y estado de ánimo se vieron afectados, y señalaron que su calidad de vida disminuyó significativamente.
La pesadilla de una joven con las pastillas
Por recomendación de su doctor, Vicky Spratt (una joven británica de 29 años) comenzó a tomar anticonceptivos cuando tenía 14 para regularizar su menstruación que ya había durado tres semanas.
Así empezó “la ruleta de la pastilla”, como se refiere ella a la búsqueda de la píldora con menos efectos colaterales en su organismo. Dicha búsqueda duró 10 años y durante ese lapso padeció ansiedad, depresión, ataques de pánico y marcados cambios de humor causados por los anticonceptivos.
Después de probar siete marcas diferentes decidió suspender su uso y poco a poco recuperó su identidad: “dejé las pastillas hace tres años y medio y no he vuelto a tener un solo ataque de pánico”.
No ignores el problema
Otra investigación realizada por doctores de Zava, en el Reino Unido, en la que se estudió a mil mujeres, evidenció que el 80 por ciento de quienes tomaban la píldora sufrían efectos negativos, pero aun así el 66 por ciento ignoró los síntomas y continuó con el tratamiento hasta por cinco años pensando que se trataba de algo normal.
Está claro que las mujeres necesitan tener acceso a más información sobre los anticonceptivos. Estos deben adaptarse a su estilo de vida y necesidades individuales, y no deben tener efectos perjudiciales en su salud.
Es importante que dejemos de ver como normal el daño que este y cualquier otro método anticonceptivo causan a nuestra salud y reportar cualquier anomalía a nuestro doctor para que nos recomiende una alternativa que no complique nuestra vida.