Si gracias a tu carácter fuerte alguna vez te han dicho que deberías ser más alegre y que tu vida sería más sencilla si no te enojaras tanto, ¿qué crees? ¡Se equivocan!
La Universidad Nacional Autónoma de México llevó a cabo el estudio que todas las chicas de mecha corta necesitábamos y comprobaron que enojarse media hora al día es beneficioso para la salud.
¿Quién hubiera pensado que ser enojona tendría sus ventajas?
Cuando enfureces tu ritmo cardiaco y respiratorio aumentan, lo que fortalece el corazón y oxigena el cerebro. Por si esto fuera poco, el cuerpo produce más dopamina, hormona que te ayuda a mantenerte motivada, atenta y receptiva para solucionar problemas.
Contrario a lo que muchos pueden pensar, tu salud mental también se beneficia por el enojo, ya que este funciona como una válvula de escape (sí, como la de las ollas) para liberar la presión acumulada durante el día.
¡Ojo! Todo con medida
Antes de que celebres con un arranque de enojo recuerda que todo en exceso es malo, y solo es recomendable una dosis diaria de 30 o 40 minutos. Excederse de ese tiempo puede tener un efecto contrario y hasta patológico que no solo dañará tu salud física y mental, sino que alejará a las personas que quieres.
Es más, quien se enoja no pierde… ¡gana kilos! Un estudio confirmó que las personas malhumoradas suben de peso más rápido que quienes viven relajadas porque generan más cortisol, hormona que se encarga de regular el nivel de glucosa de la sangre para tener más energía.