Científicos de la Universidad de California en San Francisco desarrollaron un procedimiento que permite transformar la actividad neuronal en palabras sonoras, lo cual generaría un impacto de gran relevancia en pacientes imposibilitados para hablar o teclear para comunicarse.
Según lo explica el estudio publicado en la revista especializada Nature, realizado por David Moses, Matthew Leonard, Joseph Makin y Edward Chang, el trabajo fue financiado por Facebook con un Acuerdo de Investigación Académica Patrocinada; la empresa Freepik participó también a través de las imágenes de representaciones visuales utilizadas.
A través de electrocorticografía de alta densidad (ECoG), los investigadores decodificaron en tiempo real las respuestas de quienes se sometieron al estudio utilizando su actividad cortical a través de una interfaz cerebro-computadora que podría permitirles a pacientes impedidos para producir palabras comunicarse con los demás.
Los voluntarios fueron sujetos a un procedimiento de monitoreo intracraneal con electrodos para seguir su actividad cerebral con la técnica de corticografía usada en el tratamiento de la epilepsia, esta siguió la actividad de las áreas del cerebro que controlan el discurso y los movimiento articulatorios a medida que los participantes pronunciaron diversas frases.
A través de ese método transformaron las señales cerebrales en representaciones de movimientos de los tractos vocales articulatorios y los movimientos decodificados en oraciones habladas. El decodificador pudo incluso sintetizar frases aun cuando los participantes “dijeran” únicamente las oraciones en silencio, lo cual hace más prometedor el uso de esta tecnología para restablecer la comunicación hablada.
Los niveles de precisión alcanzados en la decodificación de enunciados producidos y percibidos alcanzaron 61 y 76 por ciento, respectivamente, lo cual tendría implicaciones de gran impacto en los pacientes que no pueden comunicarse, principalmente a quienes una prótesis de habla podría mejorar su calidad de vida, como quienes sufren lesiones o trastornos neurodegenerativos o han sufrido un accidente cerebrovascular, según afirmó el autor de la publicación y participante en el estudio, Edward F. Chang.