Para una madre no hay sensación más placentera que percibir el olor de su bebé: es tan intensa que debía tener una explicación científica, y la tiene. Un estudio ha demostrado que el olor de los bebés es tan adictivo como la droga, pues activa el sistema neurológico en las madres, concretamente la parte del cerebro donde reside el deseo.
Cuando una mujer está cerca de un bebé y capta su olor se genera una reacción biológica natural, vinculada con las funciones maternas, aun cuando esa mujer no sea la madre.
El aroma de un recién nacido es adictivo
Sin duda que para una madre el olor de su bebé recién nacido es algo de otro mundo. Lo que se produce es tan intenso que un estudio científico ha develado la verdad: el olor a bebé activa el sistema neurológico, provocando la misma sensación en el cerebro de las madres que las drogas.
La revista Frontiers in Psychology publicó esta investigación, explicando cómo se llegó a este resultado.
Ninguna mujer puede resistirse a este perfume natural
Para llegar a esa conclusión, el doctor Johannes Frasnelli, de la Universidad de Montreal, Canadá, seleccionó a 30 mujeres de las cuales la mitad recién habían sido madres y las otras no tenían hijos.
Con los ojos vendados, se les pidió que reconocieran algunos olores entre los que estaba la pijama de un bebé recién nacido. Mientras las mujeres hacían lo solicitado, los investigadores siguieron su actividad cerebral a través de una resonancia magnética funcional.
Sus efectos son similares a los de una droga
En el cerebro de las mujeres que ya habían sido madres, los científicos notaron que al percibir el olor a bebé se activaban los niveles de dopamina; además, vieron que ocurría lo mismo cuando una persona con mucha hambre come o cuando un adicto consume drogas.
La dopamina tiene varias funciones en el cerebro: influye “en el comportamiento y la cognición, la actividad motora, la motivación y la recompensa, la regulación de la producción de la leche materna, el sueño, el humor y el aprendizaje”.
Es la forma más linda de conocerse
El obstetra francés Michel Odent explica en su página web la relación de la madre y el bebé con base en el aroma:
Las hormonas que la madre y el bebé liberan durante la primera y la segunda fase del parto (en el caso de no haberse interferido con hormonas artificiales) siguen presentes después del nacimiento, y todas ellas desempeñan un papel fundamental en la interacción.
El olor es sensación, es recuerdo, es memoria, es placer y desagrado, es como una huella dactilar, una forma de comunicación que crea un vínculo especial entre madre e hijo.