El avistamiento de moscas carnívoras, de la especie Thyreophora cynophila, ha encendido las alarmas en el sur Francia, pues se creían extintas desde 1836.
El resurgimiento de las también denominadas moscas quebrantahuesos fue registrado en España en 2009. Sin embargo, los números registrados en el Parque Nacional de los Pirineos, en Francia, superan a lo antes visto.
De acuerdo con el comunicado del Parque Nacional de los Pirineos, durante una vigilancia en el Valle de Ossau en febrero pasado, un guardabosques observó moscas sobre los restos de un jabalí que se encontraban sobre la nieve a una altitud de 1700 metros sobre el nivel del mar. El exagerado número de insectos llamó su atención y al acercarse, se percató de que eran moscas carnívoras.
Estas se creían extintas desde 1836 e incluso formaban parte de la lista de especies extintas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) hasta 2009, cuando fueron vistas en localidades de España. Además, desde 2018, el entomólogo Laurent Pelozuelo, de la Universidad Paul Sabatier de Toulouse, investiga su reaparición en Francia, justo en los Pirineos.
La Thyreophora cynophila fue descrita por primera vez por Georg Wolfgang Franz Panzer en 1798, bajo el nombre de Musca cynophila.
Esta especie mide casi 10 milímetros de largo, su cabeza es de color naranja brillante, su cuerpo azul metálico y sus alas tienen manchas negras. Solía habitar en países como Alemania, Francia y Austria y se cree que la causa de su extinción fue el cambio en el manejo del ganado que provocó la escasez de cadáveres.
Las moscas de esta especie son más activas en invierno, momento en que sus larvas se alimentan de los restos de animales que se descomponen en la nieve, en su mayoría grandes mamíferos. Los expertos creen que los próximos inviernos que azotaran Europa podrían incrementar en números a la especie, provocando notorios cambios en el ambiente y en la cadena alimenticia animal.