La obsesión de una mujer por bajar de peso la llevó a consumir excesivamente batidos de proteína, lo que provocó que perdiera la vida a sus 25 años de edad, dejando a su esposo y dos hijos.
Meegan Hefford fue una fisicoculturista de origen australiano que no perdía la oportunidad de compartir en redes sociales imágenes en el gimnasio, consumiendo proteína y de los cambios en su cuerpo conforme pasaba el tiempo realizando actividad física. Fruto de su matrimonio con Michael, nacieron sus dos hijos, Alexa y Liam.
Comenzó a asistir al gimnasio a los 18 años luego de ser madre por primera vez; todo era normal hasta que poco a poco fue poniendo al ejercicio como su prioridad y no hablaba de otra cosa que de las rutinas que practicaba todos los días de la semana, sin descanso.
Luego de su segundo embarazo, Meegan cayó en una depresión que le provocó un aumento de peso por los medicamentos que le recetaron los doctores. Ante esto, ya recuperada, tiempo después decidió retomar su vida fitness -pero ahora con mayor intensidad y practicando el fisicoculturismo-, tanto que caía en crisis cuando tenía que ausentarse del gimnasio porque no había quién cuidara a sus hijos, según lo expresa su madre, Michelle White:
En unos pocos meses, su amor por el buen estado físico se convirtió en una obsesión por su imagen corporal. Si yo no estaba libre para cuidar a los niños y Michael -su esposo- estaba trabajando, ella se aterraba.
Su disciplina por ser una relevante fisicoculturista se convirtió en excesiva también en su régimen alimenticio: comenzaron las dietas estrictas de pollo, carnes rojas, claras de huevo y verduras, siempre acompañadas de un batido de proteína.
La mamá de la joven notó que su hija empeoraba físicamente con el paso del tiempo: sus manos temblaban, su estado nervioso era diferente y cada vez ingería más proteína hasta que un día pasó lo peor… Meegan falleció.
El exceso de consumo de proteínas ocasionó que la mujer ya no pudiera desechar toxinas y acumulara amoniaco en la sangre, el cual llegó a su cerebro y provocó su muerte a los 25 años de edad. Su madre relata que tuvo que dejar ir a su hija con un dolor en el corazón terrible:
Unos días después, el médico me recomendó que era hora de dejarla ir. Me senté a su lado y la besé en la frente. Nos despedimos y tomamos la decisión de donar sus órganos.
Michelle White quiso hacer pública la historia de su hija para que no se repita en otras jóvenes y las familias eviten pasar por la lamentable pérdida de un ser querido:
Solo los nutricionistas certificados deberían ofrecer consejos sobre las dietas, e insto a las personas a que se hagan exámenes médicos antes de cambiar drásticamente su ingesta de alimentos.
Un estudio de la Universidad de Sidney dio a conocer que beber batidos de proteínas es dañino para la salud porque desencadenan aumento de peso, cambios de humor, depresión y reducen el tiempo de vida debido a los aminoácidos que contienen.