Vacunar a los hijos es un acto de responsabilidad muy grande y no hacerlo puede repercutir en problemas irreversibles; hoy, sin embargo, la generación antivacunas es una realidad. Se trata de padres de familia y personas en general que pelean por erradicar las vacunas argumentando que “contrario a lo que prometen, son dañinas y hasta mortales”.
Hasta la fecha, son contados los lugares donde se han tomado en serio esta negación. Pero países como Alemania y Francia han propuesto una ley para multar a los padres que promuevan y practiquen la no vacunación.
El ministro de Salud alemán, Jens Spahn, propuso una multa de dos mil 500 euros a los padres que se nieguen a vacunar a los hijos; el objetivo no es multar, sino garantizar que las personas estén inmunizadas, y uno de los propósitos principales es acabar el sarampión. Si a un colegio asisten niños que no pasaron por este proceso, se les podría negar la entrada hasta confirmar que están fuera de peligro. Cabe destacar que la aplicación de la ley inicia a partir de 2020.
La propuesta fue presentada después de que en febrero y marzo de 2018 Alemania fuera protagonista de la mayor parte de los casos de sarampión en toda Europa, 651, según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades; sin embargo, Italia encabezó la lista total con dos mil 498 contagios.
La UNICEF anunció que en 2017 alrededor de 110 mil personas en todo el mundo murieron, en su mayoría menores, lo que representó un 22 por ciento más que en 2016 debido a que 20 millones de niños pierden la primera vacuna (antes del año) contra esta enfermedad.
Dos dosis de vacunas se necesitan para ser inmune al sarampión. El 97 por ciento de niños alemanes asistieron a su primera dosis y a la segunda solo el 93 por ciento. La Organización Mundial de la Salud advirtió que es indispensable que el 95 por ciento tenga vacunación para lograr el efecto resistente.
A causa de la desinformación, en Estados Unidos hay padres que se han negado a las vacunas por miedo a que tengan efectos negativos en la salud, por eso es que hubo niños que no tuvieron la primera dosis de esta vacuna y se incrementó el número de contagios, el más alto desde antes de dar por erradicado el virus en el 2000.
En el caso de Francia, la idea no es multar económicamente sino impedir a los pequeños asistir a clases, a menos que se compruebe que están inmunizados contra las 11 enfermedades que dicta su calendario; aplica para los niños nacidos a partir de 1 de enero de 2018.
Agnes Buzyn, ministra de Sanidad, explicó que el propósito de esta ley es esclarecer dudas sobre el antídoto y resaltar sus cualidades; sin embargo, los padres antivacunas falsifican certificados médicos en los que se indica que, efectivamente, sus hijos ya están vacunados; otros cuentan con que no les pidan el documento y pasen desapercibidos.
Algo positivo -entre toda esa necedad- es que en España a pesar de que no se estableció como obligatorio el control terapéutico contra el virus, más del 95 por ciento de los padres optan por hacer inmunes a sus bebés, por lo que las autoridades descartan la posibilidad de multas para no alarmar a las personas y cambien de opinión.