La vida se vive rápidamente. A determinada edad se cree que dormir es una pérdida de tiempo y por eso muchas personas en etapa productiva deciden dormir únicamente lo que consideran necesario, sin saber de las consecuencias que puede causar en la salud, así como en el plan amoroso.
Juan Pareja Grande, responsable de la Unidad del Sueño del Hospital Universitario Quirónsalud de Madrid, afirma que dormir mal influye en la concentración, atención y estado de ánimo, por lo que la persona puede desarrollar ansiedad, depresión e irritabilidad. En consecuencia, afirma el galeno, eso repercute en las actividades diarias y en que los demás evitarán acercarse a alguien que anda de mal humor.
Tener relaciones sexuales forma parte de las necesidades fisiológicas. Un artículo en NHS señala que hombres y las mujeres que no duermen lo suficiente tienen una libido más baja y eso causa que su interés por el sexo sea menor. Lo anterior se debe a que el cuerpo no tiene la recuperación suficiente en el tiempo estándar y por eso se siente agotado; lo único que pide el organismo es descansar.
De acuerdo con la National Sleep Foundation, la mente y el cuerpo necesitan dormir de siete a ocho horas diarias, el estándar para el adulto promedio. Además, Amie M. Gordon, de la Universidad de California, Berkeley, afirmó que dormir poco hace que se sienta menos aprecio por la pareja. En un primer estudio, en el que las parejas tienen dificultades para dormir más de siete horas, aquellas se mostraron menos agradecidas y más egoístas; en un segundo, en aquellas que durmieron las horas correctas sus sentimientos fueron de gratitud.
Así, mujeres y hombres pueden estar irritables a lo largo del día, rechazan a personas del sexo opuesto y no les interesa entablar algún tipo de conversación que vaya relacionado con el rubro del amor.