Cuántas veces no hemos cometido el terrible error de preguntarle a una embarazada por qué está más sensible de lo normal. Quizá la mayoría de las personas no lo sepan, pero una mujer embarazada tiene una revolución de hormonas en su interior imposibles de controlar.
Algunas chicas incluso llegan a pensar que se trata de un problema emocional o mental, pero lo cierto es que estar sensible o enojada durante el embarazo es completamente normal y existen unas cuantas razones que lo demuestran, como por ejemplo estas.
1. Se sienten demasiado cansadas
Las mujeres embarazadas tienen dificultades para dormir toda la noche, así que el cansancio vive de forma permanente en ellas. Durante el primer trimestre del embarazo se hacen presente las náuseas y el cambio hormonal, y durante el tercer trimestre las incomodidades de no encontrar una buena posición con la enorme barriga. Estos factores hacen que el cansancio las haga más sensibles y emocionales, llevándolas a llorar por cualquier tipo de cosas.
2. Aparece el cambio hormonal
Las hormonas son las protagonistas de todo el embarazo, y sus alteraciones son las culpables de todos los cambios de humor que sufren las mujeres embarazadas, es por eso que puedes verlas llorando en un momento y al instante llorando por una cosa totalmente absurda.
3. En ocasiones se sienten inseguras
Una de las cosas que disparan principalmente la inseguridad es sentirse mal por todo el peso ganado, algunas incluso llegan a pensar que su pareja dejará de quererlas por sus cambios físicos. Aunque obviamente sabemos que el aumento de peso es señal de que el bebé se esta desarrollando de forma saludable. Si te encuentras conviviendo cerca de una embarazada, jamás menciones nada sobre su tamaño.
4. Desarrollan un sinfín de miedos
Probablemente esta es la peor parte del embarazo, aunque es totalmente normal si eres madre primeriza. La ansiedad que surge de pensar si el bebé se encuentra bien y saludable es un tormento horrible, algunas incluso desean estar pegadas a un ecógrafo las 24 horas.
Uno de los miedos más terribles es pensar en tener un aborto involuntario, que el bebé deje de moverse o que descubran alguna dificultad en el bebé mientras se encuentra en el vientre.