La adicción a los videojuegos ya es considerada una enfermedad para la Organización Mundial de la Salud, por lo que será incluida en la próxima edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-11) el 1 de enero de 2022, luego de 30 años de no ser actualizada.
Para llegar a esta determinación, 60 sociedades científicas de diversos países realizaron estudios que concluyeron que pasar demasiado tiempo jugando frente a la computadora, y descuidando otras actividades cotidianas, se ha convertido en un padecimiento mental.
Si jugar es una prioridad, si no se puede parar, si eso genera problemas en el entorno social, si por ello se pierden amigos o se desatiende el trabajo, y si esto se prolonga durante un año, entonces hay adicción a los videojuegos.
Dr. Robert Jakob, jefe del equipo que elaboró la lista.
Según la información, el problema ya no es exclusivo de niños y adolescentes, los adultos también han pasado a ser protagonistas.
El Departamento de Salud Mental y Abuso de Sustancias de la OMS aclaró que la mayoría de las personas que gustan de los videojuegos no sufre trastorno alguno, pero el aumento del problema y el hecho de que genere consecuencias negativas ha llevado a que se tomen medidas fuertes.
El comportamiento del juego y otras características son normalmente evidentes durante un periodo de al menos 12 meses para que se asigne un diagnóstico, aunque la duración requerida puede acortarse si se cumplen todos los requisitos de diagnóstico y los síntomas son graves.
Por su parte, la industria de los videojuegos fijó su postura en cuanto a la decisión de países como Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Corea del Sur y Brasil, que piden a la OMS que reconsidere la decisión, una opinión respaldada por un grupo de científicos que manifestaron que “los comportamientos de juego problemáticos merecen toda la atención, pero no hay claridad de que estos sean un nuevo trastorno”.