El nivel de competencia en la vida laboral actual exige personas altamente comprometidas y motivadas para alcanzar los objetivos de productividad que las empresas demandan, por ello la adicción al trabajo y sus consecuencias se han visto normalizadas en la sociedad hoy en día.
Una secuela de esta dinámica es la ociofobia, es decir, la sensación de angustia o sufrimiento de quienes en lugar de disfrutar una escapada de fin de semana o tener un tiempo libre del trabajo, prefieren permanecer ocupados.
Rafael Santandreu, psicólogo español creador del término ociofobia, considera que se trata de un problema contemporáneo “que comenzó a ganar terreno sin que el mundo se diera cuenta”, y ahora representa una preocupación, además de evidenciar un sinnúmero de casos de personas obsesionadas con su trabajo o su carrera, que utilizan estas actividades para evitar problemas que no desean enfrentar.
Por su parte, Pedro Adrados, psicólogo clínico del Hospital Vithas Nuestra Señora de América, de Madrid, considera que quienes tienen este padecimiento “son personas que ante unas vacaciones pequeñas o escapadas de fin de semana, en lugar de disfrutar, sufren y por ello acaban evitándolas”.
Se trata del temor a la inactividad, a “no hacer nada”, lo cual genera angustia en una sociedad productiva y de consumo que fomenta un modelo de acción en la cual el tiempo laboral es lo más importante, señala el especialista. “Para quienes siguen este modelo, uno es más valioso cuantas más cosas haga y más resultados obtenga”, afirma.
Sentir ansiedad por tener tiempo libre es el síntoma principal de la ociofobia. Así que una persona que no sabe qué hacer cuando está alejada del estrés laboral y entra en pánico por la inactividad, debe recordar que la dinámica actual ha sobrevalorado ocuparse todo el tiempo. Adaptarse a un descanso podría tomar alrededor de tres días, pero si esa persona aprende a relajarse, podrá disfrutar de unas merecidas vacaciones.