En el mundo siempre habrá personas más guapas, más esbeltas, más talentosas, con más carisma o con más dinero que nosotros, y es un hecho que en cualquier momento conviviremos con ellas. Para algunos esto no supone ningún problema, mientras que otros lo ven como el fin de su relación pues automáticamente imaginan que sus parejas les serán infieles, incluso si nada justifica esos miedos.
Nos han hecho creer que los celos son normales en una relación, que son una muestra de lo mucho que le interesamos al otro. Los hemos visto como un sinónimo de amor aunque está más cerca del sentir que alguien nos pertenece y tenemos autoridad sobre esa persona y sus relaciones. Pero no es normal ni sano pedirles a la pareja o amigos que centren su atención solamente en uno con tal de dar “seguridad”; al contrario, es un trastorno conocido como celotipia.
“Si no te cela no te quiere”
A veces, y sobre todo en las primeras fases de la relación, es difícil reconocer a un celoso patológico por tres razones: la primera es que pueden disfrazar su inseguridad para dar una buena impresión; la segunda es que nos han hecho creer que cierto grado de celos es “aceptable” con frases como “si no te cela no te quiere”; y la tercera es que idealizamos a la pareja.
A medida que la relación avanza aparecen los síntomas de una extrema dependencia afectiva, baja autoestima y miedo al abandono. Pero aunque la base de la celotipia sea la inferioridad (lo que nos puede causar lástima), la pobre apreciación que el celotípico tienes sobre sí mismo no justifica que te quiera controlar al punto de coartar tu libertad de relacionarte con otras personas o tener otros intereses que no tengan nada que ver con él.
Existen dos tipos de celotipia
Los celotípicos obsesivos tienen tendencia a obsesionarse con las cosas, sentimientos y momentos. Muchas veces se dan cuenta de que su inseguridad es infundada, pero no pueden evitarlo. En algunos casos es una manera de disfrazar otro problema.
Y para los celotípicos delirantes cualquier señal, gesto, comentario o mirada, por más insignificante que sea, despierta la idea de la infidelidad. Viven buscando pruebas que no existen, pero son reales para ellos.
Señales de que estás en una relación tóxica con un celotípico
Aunque se lo demuestres, tu pareja jamás estará completamente convencida de tu fidelidad y con tal de justificarse inventa historias fantasiosas; eso lo llevará a querer saber en dónde estás en todo momento, al punto que te pide fotos o llama a tus amigos y familiares para comprobarlo.
Se enfada cuando sales con otras personas, no importa si son hombres, mujeres, amigos y hasta familiares. Para ellos cualquier otra persona tiene dobles intenciones, ya sea de ligarte o inducirte a hacerlo. Por lo mismo, cuando sales él trata de cambiar tu imagen para que no llames la atención, te prohíbe usar ciertas cosas como faldas, escote, tacones, cabello largo, etcétera.
Por si fuera poco, revisan constantemente tu actividad en las redes sociales: qué publicas, quién te comenta, a quién le comentas, los likes que das y que recibes. Incluso ven tu teléfono ya sea a escondidas o convenciéndote de que es una prueba de fidelidad que le debes.
Si no está dispuesto a ir a terapia, ¡aléjate de él!
Lo primero que hay que entender es que los celos no desaparecen por arte de magia, ni siquiera por fuerza de voluntad; la gente tampoco cambia por amor. Aunque sean muchas sus ganas de demostrarte que puede actuar diferente y confiar en ti, en realidad la celotipia solo es la punta del iceberg que refleja un problema más profundo y en el que los celos se muestran como el síntoma.
Lo que la persona insegura debe hacer por decisión propia es buscar la ayuda de un profesional (psicólogo, psiquiatra o ambos) que ahonde en el verdadero problema para encontrar una solución pues si no está bien consigo mismo, menos lo estará contigo. Recuerda que la base de toda relación es el amor, la confianza y el respeto; cuando uno de estos elementos falta, lo mejor es que huyas por tu salud mental y emocional.