¿Volviste con ese ex? ¿Pediste un nuevo crédito en el banco? ¿Renunciaste a tu trabajo sin tener otro ingreso asegurado? Estas y muchas otras malas decisiones podrían ser producto de realizar ejercicio en exceso, lo cual lleva a tu cerebro a cansarse.
Según el nuevo estudio realizado por investigadores franceses, una carga de entrenamiento excesivo en el deporte puede llevar a la fatiga mental que afecta una porción del cerebro importante para tomar decisiones.
Afecta igual que el trabajo intelectual
Según la investigación promovida por el Instituto Nacional de Deporte, Experiencia y Rendimiento de Francia -que entrena a los atletas para las Olimpiadas-, los deportistas con síndrome de sobreentrenamiento sufrieron una afectación en su cerebro similar a la que provoca el trabajo intelectual excesivo.
Sin pensar a futuro
Los atletas en los que se aplicó el estudio actuaron de manera impulsiva ante el cansancio mental, optando por recompensas inmediatas en lugar de las más grandes que tardarían más en alcanzar. También presentaron más posibilidades de hacer trampa en su dieta.
La importancia de parar a tiempo
Según uno de los autores del estudio, Mathias Pessiglione, se debe controlar el proceso y detener el entrenamiento cuando los músculos o articulaciones duelen:
Mantener el esfuerzo físico en aras de la buena forma física, cuando las señales son adversas, como el dolor muscular, requiere detenerse; por lo tanto, debe requerir un control cognitivo.
Afecta en todos los ámbitos
El equipo de investigadores considera que las malas decisiones en los planos político, judicial o económico pueden evitarse reduciendo el ejercicio, ya que si bien el deporte de resistencia -como correr o andar en bicicleta- es generalmente bueno para la salud, exagerar puede tener efectos adversos en el cerebro.
Como en todo: no exagerar
La conclusión de otro estudio realizado por el Dr. Marc-Andre Cornier, director asociado del Centro de Salud y Bienestar Anschutz de la Universidad de Colorado, fue que el ejercicio regular, como puede ser una hora en la cinta de correr unas cuatro o cinco veces por semana, se asocia con la reducción de la actividad cerebral asociadas con el control de impulsos y el deseo de comer.