Todos tenemos una canción favorita que nos encanta y la podemos escuchar tantas veces que nos aprendemos la letra y la distinguimos de inmediato, aunque lleve pocos segundos de iniciada; pero si además nos eriza la piel, entonces estamos hablando de que nuestro cerebro es especial.
Puede que estés en la comodidad de tu hogar escuchando el álbum de tu artista favorito, o en un increíble concierto y algunas melodías pueden generar diferentes respuestas en tu cuerpo, incluyendo el reflejo pilomotor que provoca la contracción involuntaria de los músculos erectores de los folículos pilosos, en pocas palabras: la piel de gallina. Pero al parecer, es una reacción que no ocurre a todas las personas.
La verdadera causa
Un estudio realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard, liderado por Matthew Sachs, logró explicar cómo están relacionadas las sensaciones especiales que percibimos cuando escuchamos música con la estructura del cerebro. Matthew y su equipo examinaron a varios individuos que señalaron sentir escalofríos con la música.
No ocurre en todas las personas
La investigación se realizó con 20 estudiantes, diez de los cuales admitieron experimentar piel de gallina al escuchar su música favorita, mientras los otros diez afirmaron que las canciones no les provocan ninguna emoción en especial. Ambos grupos fueron sometidos a exploraciones cerebrales.
Sachs llegó a la conclusión de que aquellos que habían logrado un apego emocional y físico con la música, en realidad tienen estructuras cerebrales diferentes que quienes no lo hacen.
Tu respuesta a la música te hace diferente
La investigación comprobó que las personas sensibles a la música tendían a tener un volumen más denso de fibras que conectan su corteza auditiva y las áreas que procesan las emociones, lo que significa que ambos hemisferios cerebrales pueden comunicarse mejor.
Estos hallazgos fueron publicados en el Oxford Academic en marzo de 2016, desde ese momento, Matthew continuó con su análisis para intentar comprender mejor lo que sucede en nuestro cerebro al escuchar música desde el punto de vista neurológico.
Podría ayudar en el futuro
Su propósito es encontrar nuevas formas de tratar trastornos psicológicos con diferentes sonidos, lo cual representaría una hipótesis atractiva para el desarrollo de la musicoterapia. Para mayor información, puedes consultar este enlace.