Una propuesta de ley en el estado de Oregón, Estados Unidos, permitirá que los estudiantes tengan hasta cinco ausencias justificadas en un periodo de tres meses, a fin de que atiendan su salud mental tal como se hace con los días de enfermedad.
Oregón registra una tasa de suicidio 40 por ciento más alta que el promedio nacional, colocándose como la segunda causa de muerte en el estado entre las edades de 10 a 34 años. Según la Autoridad de Salud de la entidad, alrededor del 17 por ciento de los estudiantes del octavo grado declararon haber contemplado la posibilidad de quitarse la vida en los últimos 12 meses.
En ese estado también se presenta uno de los más altos índices de ausentismo escolar del país: tan solo en el ciclo escolar 2015-2016, el sistema educativo detectó que más de uno de cada seis niños pierden el 10 por ciento de los días escolares del curso.
Esta ley, una de las pocas en su tipo en Estados Unidos -en Utah se aprobó una similar el año pasado-, llega en un momento en que los educadores están cada vez más preocupados por la salud emocional de los estudiantes.
Kate Brown, gobernadora del estado, firmó la iniciativa el mes pasado, misma que se une a varios proyectos de legislación que se orientan a modificar la forma en que Oregón trata la prevención del suicidio entre los jóvenes. En EE. UU. el tema ha logrado protagonismo en la vida pública y, según Brown, “debe estar bajo el paraguas más amplio de los problemas de salud del comportamiento que estamos viendo en nuestras escuelas”.
Fue un tiroteo escolar sucedido en Parkland, Florida, el año pasado, el que inició un movimiento juvenil que impulsó esta ley en Oregón, según lo dijo Hailey Hardcastle, activista defensora del proyecto, que asistirá a la universidad del estado en el próximo otoño. Se trata de responder a una crisis de salud mental en las escuelas y alentar a los niños a que admitan cuando tienen dificultades, dijo.
Igualmente, en ese estado se promueven otras iniciativas que tienen como centro de atención a los grupos de alto riesgo y la prevención del suicidio. Figura en este renglón el caso de Adi Staub, la adolescente transgénero que se suicidó en el 2017 ante el rechazo y acoso por su decisión de mostrarse como tal.
David Westbrook, director de operaciones de Lines for Life, una organización que proporciona apoyo a personas con ideas suicidas, afirmó que Oregón es uno de los tres estados que no cuentan con un plan para prevenir los suicidios juveniles, “estamos atrasados en eso”, afirma. Aunque se alegra de que la actual legislatura local del estado esté tratando de manera seria el suicidio, lamenta que sea porque se trate de una gran crisis de salud pública.
La ley ha tenido, hasta el momento, poca oposición pública por parte de algunos legisladores, pero hay grupos que consideran que alentará a los estudiantes para faltar más a la escuela.
Según un estudio liderado por Sarah K. Lipson, profesora en la escuela de Salud Pública de la Universidad de Boston, cada vez más estudiantes universitarios buscan ayuda para su salud mental, lo cual reduciría la brecha de falta de atención en este sentido, pero resalta también la necesidad de que los campus universitarios inviertan atinadamente en el tema, en el cual los diagnósticos relacionados aumentaron de un 22 a un 36 por ciento en la última década.