¿Alguna vez has ido caminando por la calle y de pronto ves a unos novios tomados de la mano y piensas: “¡se parecen mucho!”? Es verdad que muchas parejas pasan tanto tiempo juntos que se genera una convergencia en la apariencia. Inconscientemente, la gente busca a personas que de alguna manera se parezcan a ellos.
¿Crees que es extraño? Recientemente, un estudio publicado por la revista Evolution & Human Behavior, realizado por la investigadora Tamsin Saxton y su equipo, asegura que las mujeres eligen hombres que sean parecidos físicamente a sus hermanos.
Un estudio curioso
La investigación consistió en pedirle a diferentes participantes que observaran imágenes de algunos hombres, dentro del grupo de fotografías se incluyeron las de las parejas y las de los hermanos de algunas de mujeres.
Las fotos fueron enviadas por voluntarios y se mezclaron con las de algunos famosos. Para poder sacar conclusiones, se les entregó a las participantes una hoja de papel que tenía la foto del hermano en una columna y cuatro hombres en la otra, donde también estaba la imagen de la pareja, entonces tuvieron que responder quién se parecía más a la primera.
No ocurre en todos los casos
Los investigadores encontraron clara evidencia entre la similitud en el rostro de las parejas de las mujeres con sus hermanos. Los datos demostraron que las mujeres eligen parejas similares a sus hermanos en una probabilidad de uno entre cuatro.
Aunque no es una regla o una verdad establecida que cada mujer lo haga, hemos encontrado que es una realidad, existen muchas probabilidades de que ocurra, las parejas mostraron una sutil semejanza en sus rasgos físicos con los hermanos de las mujeres.
También existen otros factores para sentir atracción
La doctora Saxton pensó en esta posibilidad, después de que se demostrara que a las mujeres les atraían hombres parecidos a sus padres, así que no dudó en que ocurriera lo mismo aplicado con los hermanos.
Ella sugiere que “la familiaridad” puede ser otro elemento de atracción que la gente a menudo busca al elegir a un compañero romántico, por ejemplo, que posea puntos de vista similares y gustos o intereses concordantes, como la música.