La mitad de tus amistades podría no ser confiable ni apreciarte como piensas, según reveló un estudio realizado por una de las universidades más prestigiadas de Estados Unidos.
Un grupo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts pidió a personas de entre 23 y 38 años que clasificaran su relación con amigos cercanos en una escala del cero a cinco:
- 0 “No conozco a esta persona”
- 3 “Amigo”
- 5 “Uno de mis mejores amigos”
En la investigación se comprobó que el 94 por ciento de los participantes pensaron que las personas a las que consideraban amigos iban a opinar lo mismo que ellos, pero únicamente en el 53 por ciento de los casos coincidieron. El trabajo señala, además, que una persona no sabe cómo juzgar a otra correctamente, por lo que elige amistades o relaciones equivocadas.
Uno de los autores del estudio, Alex Pentland, señaló que el hecho de que a alguien le caiga bien una persona no es garantía de que el sentimiento sea recíproco:
No tenemos las suficientes herramientas para distinguir si alguien, a quien consideramos amigo, es de hecho un amigo o solo un conocido con el que coincidimos en algunos lugares.
Por su parte, Ronald Sharp -profesor del Vassar College- dio a conocer que los amigos no deben basarse en lo que uno hace por el otro sino en lo que se logra en conjunto; además, dijo que las redes sociales alteran la percepción de la amistad, pues aunque se tengan gran cantidad de “amigos” en Facebook, eso no significa que todos sean confiables porque se requiere tiempo para saber si alguien estará de manera incondicional o no.
Es importante mencionar que Robin Dunbar -antropólogo- encontró que el ser humano solo puede mantener 150 relaciones de manera estable, pero que solamente cinco personas se convierten en amigos cercanos:
Nuestros resultados sugieren que esto es porque muchos de esos lazos no son recíprocos o van en la dirección equivocada.
El sociólogo Gerald Mollenhorst descubrió que cada siete años las personas pierden a la mitad de sus amigos. En una ocasión realizó una encuesta a mil personas de entre 18 y 65 años sobre sus amistades: siete años más tarde volvió a contactar a los participantes, pero solo estuvieron disponibles la mitad.
Mollenhorst concluyó que si una amistad logra superar los siete años, es posible que dure para siempre.