Muchas personas alrededor del mundo sufren de una terrible soledad, y a pesar de la existencia de las redes sociales esta situación va al alza. Algunos estudios sobre Internet y la soledad afirman que pese a que su uso es comunicativo, viene acompañado de un incremento de la depresión.
El aislamiento social provoca daños irreversibles en la salud, tanto mental como física. Estar alejado de las personas no solo es un problema para los ancianos, sino también para los más jóvenes y se piensa que el impacto que tiene en el cuerpo es similar al de fumar 15 cigarrillos al día.
La soledad puede matar
Un estudio elaborado por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos dio como resultado que el poco contacto social aumenta en un 50 por ciento las posibilidades de morir de forma prematura.
Para dicho estudio los investigadores midieron la presión arterial, el índice de masa corporal, el tamaño de la cintura y los niveles de proteína C de todos los participantes, para después someterlos a un cuestionario y así averiguar la frecuencia con la que veían a su familia, amigos y otras personas cercanas.
En conclusión, el aislamiento influye de forma negativa en el organismo, ya que hace que las hormonas del estrés aumenten las posibilidades de padecer diabetes, hipertensión o enfermedades cardiacas. Llevando estos indicadores al extremo, podrían compararse con numerosos problemas en el cuerpo similares a los que producen el tabaco y el sedentarismo.
El estudio se diferencia del resto al centrarse únicamente en adolescentes y adultos de mediana edad, en vez de personas mayores de 60 años.
Afecta más en la vejez
Por ejemplo, en Reino Unido una comisión liderada por la diputada Jo Cox, quien lamentablemente fue asesinada el año pasado, pidió al gobierno que hiciera algo por enfrentar el problema. La comisión presentó un informe que detalla cómo tan solo en aquella parte del mundo más de nueve millones de personas sufren de soledad, y esto repercute en su estado de salud notablemente.
Tal parece que mantenerse alejado del mundo exterior puede hacer que las personas sean más propensas a la depresión, y puede usarse como un predictor de suicidio en la vejez. La falta de estimulación mental también significa que las personas solitarias tienen un 64 por ciento más de probabilidades de desarrollar demencia y, en general, corren mayor riesgo de deterioro cognitivo.
Vivir en soledad afecta otros aspectos de la salud. Se ha descubierto que aumenta la posibilidad de mortalidad en un 26 por ciento, así como el riesgo de hipertensión y obesidad.
Llegan a extremos por tener contacto humano
Algunos meses atrás, los médicos advertían que la soledad puede ser tan mala para la salud de una persona como vivir con una enfermedad crónica grave, como la diabetes. Como resultado, los pacientes que están aislados son más propensos a visitar al médico, en parte solo para tener contacto humano y, por lo tanto, es más probable que se les apliquen medicamentos.
Hacer frente a la soledad es un desafío generacional que solo puede lograrse mediante la acción concertada de todos: gobiernos, empleadores, empresas, organizaciones de la sociedad civil, familias, comunidades y personas tienen un papel que desempeñar. Trabajando juntos podemos hacer la diferencia.
Dicho informe hace un llamado al gobierno del Reino Unido para que haga más para combatir la soledad; se ha publicado para coincidir con un impulso para alentar a los voluntarios a ayudar a reducir el aislamiento en todas las áreas de la comunidad.
Tiene consecuencias severas
En un estudio realizado en España por Juan Díez Nicolás y María Morenos Páez, aquello es uno de los problemas más relevantes en la actualidad. Según los investigadores, se han identificado hasta tres vías por las cuales las relaciones y/o habilidades sociales pueden afectar la salud. La soledad y el aislamiento social conducen a la inactividad física, alcoholismo y/o tabaquismo, y luego pueden generar obesidad.
Todo ello queda ligado a una autoestima cada vez más mermada y una disminución de la autoeficacia. Es por tanto un factor de riesgo para el deterioro cognitivo.
Estas son enfermedades psicológicas que bien pueden derivar en fisiológicas. Y en la mayoría de los casos es lo que ocurre. Según algunos estudios, la soledad también está ligada a enfermedades coronarias, accidentes cerebrovasculares y así a un aumento en el riesgo de muerte prematura.
Una simple gripe es más fuerte cuando estás solo
La Universidad de Chicago y la Universidad de California también detectaron que la soledad incidía en el cuerpo de las personas, de tal forma que las hacían enfermar. John Capitano, del Centro de Investigaciones de la Universidad de California, lo dejó muy claro:
En los seres humanos la soledad implica una hipervigilancia de amenaza social.
Lo que ocurre es que la sensación de estrés, ansiedad y depresión afecta a una mayor producción de glóbulos blancos. Lo que ocurre después es la aparición de enfermedades crónicas que acaban en una muerte más temprana.
Es hasta un factor de riesgo para algo tan común como un simple resfriado. Un estudio de Health Psychology detalló como las personas que estaban solas sufrían un 38.5 por ciento de síntomas más severos en un simple constipado que el resto de la población.