Ya antes hablamos de que tu mejor amiga embarazada podría “contagiarte” su embarazo para que seas una futura mamá y no la dejes sola en el camino. Pero hay otra cosa que podría ser culpa de tu confidente: tus lonjitas.
Si últimamente has notado un incremento en tu peso, quizá tu alimentación y tu actividad física sean deficientes, pero también puedes haber sufrido “contagio social”.
Todo sea por la amistad
Una investigación hecha por Nicholas Christakis y James Fowler, profesores de Medicina de Harvard, y que fue publicada por la revista New England Journal of Medicine, asegura que nuestros hábitos tienen que ver con la influencia que nuestros allegados tienen sobre nosotros.
Tienes más posibilidades de engordar gracias a tu amiga que a tu novio
Si tu mejor amiga tiene sobrepeso la posibilidad de que aumentes tallas incrementa en un 57 por ciento. Para llegar a esta conclusión, los profesores estudiaron a 12 mil adultos y sus relaciones sociales, y monitorearon el peso de cada individuo.
Una persona joven tiene 57 por ciento de probabilidades de aumentar de peso si tienen un amigo obeso. Mientras que los adultos tienen un 40 por ciento de probabilidades si sus hermanos engordan. Si quien aumenta de peso es la pareja, el otro tiene 37 por ciento de probabilidades de hacerlo también.
Tranquila, no TODOS a tu alrededor te afectarán
Además de estos resultados, se comprobó que es la distancia emocional y no la geográfica la que afecta tu salud pues tus vecinos, aunque están cerca de ti, no cambian tus hábitos, mientras que una amiga que vive lejos, incluso en otro estado o país, tendrá gran influencia sobre ti.
Y si eres de las chicas que andan más con hombres que con mujeres, ¡te salvaste! Los resultados arrojaron que somos más propensos a copiar los hábitos de personas del mismo sexo porque existe una conexión más fuerte.
Nos acostumbramos al sobrepeso
La razón de que engordemos se debe a que, al estar rodeadas por personas con sobrepeso, percibimos que esto es normal y nos preocupamos menos por las apariencias. Según Christakis: “tú te formas una idea de lo que es un cuerpo aceptable según lo que hay a tu alrededor”.
Es importante recalcar que no hay nada malo con tener curvas, siempre y cuando sea la complexión natural de tu cuerpo y estés saludable.