En la actualidad son muchas las mujeres que tienen que trabajar para ayudar en los gastos del hogar, pero al mismo tiempo deben seguir desempeñando sus labores domésticas. Esto es lo que ha provocado que muchas de ellas tengan colapsos nerviosos.
De acuerdo con un estudio llamado Desigualdad en la población trabajadora de España, basado en la Encuesta Nacional de Salud, las mujeres trabajadoras son más susceptibles de padecer enfermedades mentales que los hombres.
Provoca depresión y ansiedad
El 19.9 por ciento de las mujeres presenta síntomas depresivos, ansiedad, problemas sociales e hipocondriacos derivados del estrés laboral, frente al 13.9 por ciento de los hombres que lo padecen.
Esto se debe principalmente a la falta de conciliación de la responsabilidad familiar y laboral, el descontento con respecto a su empelo y la desigualdad salarial, que es considerada el factor más relevante.
El mayor predominio de trastornos en las mujeres es de raíz social. Y la prueba está en que en países como Noruega, donde existe una sociedad igualitaria, no se dan esas diferencias.
Doble tarea
Esto lo declaró el doctor Adrián Montesano, profesor de Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya e investigador.
Con la incorporación al mercado laboral, a la mujer se le han sumado nuevas exigencias como obtener un empleo, progresar económicamente y a la vez mantener las responsabilidades familiares en un grado similar al de antes.
Gina Aran, profesora del Máster de Dirección y Gestión de Recursos Humanos de la UOC y directora asociada de Humannova, agrega que ese doblete que asume la mayoría de las mujeres tiene, más allá del esfuerzo físico, una fuerte carga mental que repercute en la salud.
La mujer es la que lo organiza todo, tiene que acordarse de los médicos de los niños y mayores, del colegio… Si el hombre se ocupa de algo, es ella quien debe recordárselo. Es un colapso mental. En la práctica, ellas trabajan, de media, dos horas más al día que los hombres; si se remunerasen, sus ingresos serían un 25 por ciento superiores.
Los hombres no ayudan
Además, las mujeres tienen que enfrentarse a un dilema fundamental: la trayectoria profesional o familiar. Montesano alerta del auge de un perfil que está en riesgo: mujeres de mediana edad con relaciones de pareja que no funcionan, y de la que dependen económicamente y con hijos emancipados.
La falta de apoyo de la pareja es el caldo de cultivo para que esas mujeres, sometidas en términos de poder, se derrumben.
Ambos expertos recuerdan que la conciliación beneficia a todos.
Cuanto más conciliación más productividad, más buen clima laboral, más reducción del absentismo y la rotación… Un trabajador feliz puede rendir el doble que uno desmotivado. Las empresas que incorporan mujeres en posiciones de dirección muestran mejores resultados y menos riesgos.
Para ser feliz necesitas realizarte
Aran sostiene que gran parte de la felicidad de las personas viene de su realización en la vida laboral. Y así lo demuestra la citada encuesta, según la cual las enfermedades mentales se disparan hasta el 34.4 por ciento entre las mujeres menos satisfechas profesionalmente.