Aunque actualmente “educar” con la ayuda de las conocidas nalgadas es una práctica cada vez menos utilizada, es importante saber que existen estudios que han demostrado que los niños sometidos a este abuso pueden presentar trastornos mentales a futuro.
De acuerdo con las conclusiones de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Michigan, en los Estados Unidos, orientado a analizar el deterioro de la salud mental en adultos, vinculada con las nalgadas, azotes o “palmada educativa”, como se le suele llamar, causa en el menor miedo, confusión y amenaza, lo cual tiene consecuencias psicológicas que pueden ir desde depresión, pasando por mayor proclividad para consumir alcohol o drogas, hasta intentos suicidas.
Por otra parte, el análisis establece que no hay comprobación alguna de que las nalgadas mejoren el aprendizaje o desarrollo de los niños. Y aunque no han sido aprobadas como una Experiencia Adversa de la Infancia (ACE, por sus siglas en inglés), el documento asegura que las nalgadas tienen una correlación importante con otros factores de abuso físico o emocional generadores de problemas en la salud mental de los adultos.
Cabe señalar que el estudio de referencia registró que cerca del 55 por ciento de los participantes (8,300 adultos entre 19 y 97 años) recibió palmadas durante su infancia, encontrándose en este grupo mayor tendencia a la depresión y otros trastornos mentales.
Por ello, más que una forma de disciplinar a los niños o corregir una conducta, los azotes o nalgadas representan una agresión que podría causar daños profundos en la forma en que el menor va a apreciar el mundo o a desenvolverse en la vida.
Adicional a ello, los padres que usan este recurso con el objetivo de controlar a sus hijos deben saber que se encontró una consecuencia peligrosa adicional por su aplicación: los niños tendrán mayores probabilidades de ser abusados físicamente por otras personas, ya que los azotes están asociados también con el riesgo de recibir otros tipos de maltrato como pueden ser agresión psicológica, abuso sexual, abandono físico y emocional.