¿Sabías qué un niño que no se queda callado, que responde de forma retadora a todo lo que le dices o pides, aún cuando vuelve loco a cualquiera, puede ser un adulto feliz y exitoso? Esa es la opinión de Elaine Taylor-Klaus y Diane Dempster, expertas en atención de niños con trastornos de déficit de atención e hiperactividad.
Cuando un niño responde o reta a la autoridad, está intentando tener control sobre su vida. Expertos como la doctora Kelly M. Flanagan mencionan que es importante que los niños puedan ejercer el derecho a decir “no”, porque así establecen límites personales que a la larga pueden evitarles sufrimiento.
Todos los padres desean que sus hijos dominen las habilidades para enfrentar la presión que resulta de tomar decisiones difíciles o que midan cuánto peligro pueden encarar, y precisamente son esas habilidades las que pueden adquirir cuando se les inculca la capacidad de negociación.
Sí, es molesto que discutan cuando se les pide recoger sus juguetes o cuando sus padres les dicen que no les comprarán el dulce que piden con insistencia; pero la esencia de los niños es esa, discutir, no en términos ofensivos pero sí como parte de su aprendizaje; por lo tanto, se les debe enseñar a ejercer el autocontrol, la conciencia, el respeto, la tolerancia y la calma.
Es recomendable que se les recuerde que son personas independientes con sentimientos, pensamientos e ideas propias, y la responsabilidad de los padres es supervisar el proceso, ir junto a ellos sin que se les lleve de la mano todo el camino.
Cuando son criados de esta forma, los pequeños se vuelven adultos independientes y sanos; incluso podrán enfrentar sentimientos como la frustración y tal vez, los padres puedan evitar unos cuantos enfados. Si tienes hijos, la próxima vez que te escuches decir: “¿cómo te atreves a hablarme de esa manera?” o “¡porque lo digo yo!”, piensa en el mensaje que estás enviando y pregúntate cómo puedes modificarlo y ejercer tu autoridad sin controlar demasiado la situación.