Si sufres bullying permanente porque tu familia cree que eres muy floja por no levantarte temprano, entérate: Satoshi Kanazawa y Kaja Perina, psicólogos londinenses, realizaron una investigación en la cual concluyeron que las personas con hábitos nocturnos registraron niveles de inteligencia superiores a quienes son predominantemente diurnos.
En su estudio denominado “Why night owls are more intelligent” (“¿Por qué los noctámbulos son más inteligentes?”) los académicos concluyeron que las personas con un mayor nivel de inteligencia prefieren hábitos nocturnos, levantándose menos temprano por la mañana y yendo a la cama más tarde por la noche.
La adaptación de los humanos a los hábitos nocturnos evolucionó a través de la historia, ya que -como es de esperarse- nuestros ancestros realizaban tareas sobre todo de tipo diurno, mientras duraba la luz del sol. Poco a poco esto fue modificándose y hoy en día realizamos tareas y actividades indistintamente de la hora del día de que se trate, pues contamos con luz artificial que nos permite la visibilidad bajo las diversas condiciones.
Los autores recurrieron también al National Longitudinal Study of Adolescent Health de Add Health, en los Estados Unidos, en el que se observó que adquirir preferencias evolutivas más avanzadas, como poder asimilar hábitos nocturnos, es una capacidad de los seres más inteligentes.
Por otra parte, existen datos orientados a que, por la noche, las personas podrían desarrollar más su creatividad, como lo expuso Marina Giamprieto, investigadora de la Universidad del Sagrado Corazón, en Milán, quien asegura que al ser los hábitos nocturnos menos convencionales que los diurnos, “pueden fomentar la capacidad de encontrar soluciones alternativas y originales”.
Lo importante, en cualquier caso, es el descanso reparador, como lo consigna otra investigación publicada en el Cambridge Brain Sciences -plataforma utilizada por profesionales de la salud e investigadores para presentar evaluaciones de las funciones cognitivas en las personas-, ya que quienes han tenido un sueño de calidad responden mejor a demandas cognitivas, y la falta del mismo empeora el rendimiento de la memoria, así que ¡a dormir se ha dicho!