La relación entre hermanos es algo especial pues aunque a veces las peleas son inevitables, el lazo que hay entre la familia es irrompible e irremplazable. Las personas que han cultivado una amistad con sus hermanos saben lo invaluable de este vínculo.
Con ellos has crecido, peleado, reído, llorado y desde pequeños han creado una complicidad no solo para las travesuras sino para dar apoyo en todo momento. Tener hermanos es beneficioso y por eso Laura Padilla-Walker y Jim Harper, profesor de la Universidad Brigham Young estudiaron el desarrollo de los hijos según las influencias que tienen en la infancia.
Las personas con hermanos son más felices y seguras de sí mismas
Analizaron a 395 familias con más de un hijo, en las que había al menos uno de 10 a 14 años, y concluyeron que estos se sentían más protegidos y menos temerosos que aquellos sin hermanos.
En ciertas etapas del desarrollo la influencia de los hermanos mayores es más grande que la de los padres porque, según los investigadores, ellos dan algo que los adultos no pueden y de ahí surge la admiración. Incluso la amabilidad y generosidad se aprenden más de los hermanos porque, al ser sus iguales, los pequeños ven en ellos un ejemplo a seguir.
Las hermanas son la mejor medicina
Otro resultado que se pudo apreciar es que, si bien los hermanos de ambos sexos hacen que los más pequeños se sientan protegidos, las hermanas tienen un efecto antidepresivo en sus pares.
Esto se debe a que las mujeres saben expresar mejor sus emociones y su habilidad comunicativa está más desarrollada que la de los hombres. Hablan más y esto incide positivamente en el ánimo de sus hermanos porque una larga conversación puede hacer reír y pensar, lo que aligera la carga emocional.
Esto no quiere decir que las hermanas sustituyan la terapia psicológica (en caso de ser necesaria), pero sí que después de una día agotador charlar con ella, sin duda, te hará sentir mejor.