En un mundo en el que los estímulos están por todas partes, mantener la concentración no es cosa fácil, pero existe una gran diferencia entre ser distraídos y tener un padecimiento. Es muy común que cuando se habla del Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (THDA), la primera imagen que se viene a la mente es la de un grupo de pequeños corriendo por todas partes, incapaces de estar quietos durante unos minutos. Ahora se sabe que los adultos también pueden padecer THDA.
Como no existe un test rápido para diagnosticar, muchas mujeres adultas viven sin saber que lo padecen, como lo reflejó un estudio realizado en el 2012. Sólo el 10% de los adultos cuyos síntomas coincidieron con el THDA, fueron sido diagnosticados y recibían tratamiento. Ante este panorama, ¿cómo puedes saber si es sólo distracción, estrés o existe algún riesgo de que tengas esta condición? Continúa leyendo.
1. Problemas para terminar proyectos
Son expertos en procastinar. El jefe dice que su único trabajo el día de hoy será poner orden en sus archivos. Cualquier persona puede hacer una tarea tan sencilla como esta en poco tiempo, pero para alguien con THDA es una encomienda que puede llevar horas, incluso días, porque en cualquier cosa encuentra distractores que pueden desviarlos de su objetivo. También tienen problemas para recordar en donde dejan sus llaves, teléfonos celulares o carteras.
2. Conflicto en sus relaciones
Los adultos con THDA no tienen la intención de ser complicados, pero es frecuente que tengan problemas para escuchar, cumplir con sus compromisos e incluso ser organizados. La impresión más común que provocan en su pareja y personas cercanas son la de ser personas flojas o descuidadas, y para ellos es un conflicto pues no entienden porqué provocan un malestar en el otro.
3. Siempre se sintieron “diferentes”
La mayoría de las personas con THDA mostró señales de este padecimiento desde la infancia, y tuvieron problemas de comportamiento durante toda la vida, pero quizá no fueron tan obvios como para realizar un diagnóstico. Y mientras pasa el tiempo, buscan la forma de mantener los síntomas bajo control, convirtiéndose en personas perfeccionistas y trabajando más de lo común.
4. Emociones exaltadas
Las personas con este padecimiento también presentan problemas para controlar sus emociones; estallan con facilidad por problemas mínimos, son poco tolerantes a la frustración y muy irritables. Por lo general el enojo desaparece con la misma rapidez que se presentó, aunque el daño permanece.
5. Tienen otros padecimientos mentales
Un estudio realizado por investigadores de Toronto, Canadá, encontró que una tercera parte de las mujeres con diagnóstico de THDA también presentaron desórdenes de ansiedad, depresión y al menos la mitad alguna vez consideró seriamente el suicidio. Cuando no se tiene un diagnóstico, quienes lo padecen tienen a menudo sentimientos de frustración y baja estima. Con un tratamiento adecuado, los pacientes presentan una mejoría considerable.