Seamos honestas: cuando salimos en una fotografía, a todas nos importa cómo nos vemos. Esas imágenes con los ojos cerrados, papada o encorvadas no son precisamente las más favorecedoras. Es tan breve el instante en el que la cámara capta una imagen que es necesario tener en cuenta algunos consejos para no echar a perder ese momento memorable.
1. Naturalidad ante todo
La naturalidad es la mejor aliada de una buena imagen frente a la lente. Al momento de posar, por lo general tendemos a pararnos en posición recta frente a la cámara, creando una sensación de rigidez innecesaria. Lo más recomendable es adoptar una postura en forma de “S”, cuidando también la postura de las manos.
2. Mejora tu postura
Uno de los secretos para lograr una imagen favorecedora es evitar que tus hombros estén en línea recta para que tu cara se vea más estilizada. Es recomendable colocarte en posición de 3/4 para que tu postura luzca más natural. También recuerda presionar un poco el vientre, cuidando de no contener la respiración porque será muy notorio. La espalda debe ir recta, los pies hacia adentro y los músculos del rostro relajados.
Continuando con la figura de “S”, si te encuentras de pie, flexiona un poco la rodilla y baja ligeramente un hombro para que luzcas una silueta más delgada y una pose más relajada.
3. Cuida las manos
Son un elemento muy importante para lograr una postura natural. Asegúrate de no mantenerlas muy rígidas, de tener los dedos unidos y no mostrar demasiado las palmas de las manos. Si tocas tu rostro, no hagas mucha presión ni la cubras más de la cuenta.
4. Expresión y ángulo
Sonríe de forma natural y con la boca ligeramente entreabierta. Para lograr una buena foto sin la terrible papada, sube la cabeza y saca un poco la barbilla, de manera que quede paralela al suelo. Baja un poco los hombros para que tu cuello se alargue y trata de girar un poco el rostro para lograr un ángulo más interesante.
5. Cuida tu look
La elección del tipo de ropa y los colores son fundamentales para lograr buenas tomas. Puedes probar midiéntote las prendas contra una pared blanca para saber qué tonalidades te favorecen más. También procura que tu maquillaje sea ligero y carga siempre un polvo traslucido para evitar el brillo.