¿Recuerdas tu primer día de trabajo? Caminabas lentamente por el pasillo, tratando de contener los nervios de ser observada por tus nuevos compañeros hasta llegar a tu escritorio. Una vez superada la prueba te enfocaste en aprender lo más pronto posible tus nuevas tareas, aunque acompañada de esa sensación de no conocer a nadie.
Después de un tiempo de tratar a los colegas, hay personas cuya compañía va más allá de las horas laborales compartidas, porque te identificas con su forma de ser y pensar. Esto es lo que sucede cuando tus compañeros de trabajo se convierten en amigos muy cercanos.