Evgene Medvedev, autora de cursos de autoayuda, comparte en su artículo “Cómo dejar que los milagros entren en tu vida o la vida sin expectativas” una serie de reflexiones acerca de la importancia de liberarnos de expectativas externas y comenzar a observar nuestro interior.
Como ella misma lo dice: “Las expectativas detienen la energía y la enfocan sólo en un par de opciones. Esto no deja que la energía fluya y al mismo tiempo impide que la vida te obsequie lo mejor para ti”. Esperamos que encuentres en estas palabras la inspiración necesaria para vivir cada día más libre y ligera.
Dejé de vivir en ‘modo de espera’ y sentí la levedad absoluta en mi alma. Es como si empezara a vivir en la realidad
Dejé de esperar resultados de mí misma y dejé de esperar que los demás: me valoren, hagan algo por mí, sean amables conmigo, sean responsables, que me entiendan y que hagan lo que yo quiera.
Dejé de esperar dinero
Acepté las cantidades que ya tenía. Dejé de esperar y exigir a la vida lo que no me daba. Me sentía injustificadamente privada de algunas cosas porque creía que me empeñaba mucho en lograr el éxito mientras otras personas, sin hacer nada, obtenían mejores resultados que yo.
Dejé de esperar que mañana todo fuera maravilloso y no tuviera problemas. La parte infantil de mi alma quería tranquilidad y serenidad, pero no lo conseguí hasta que la parte adulta se dio cuenta de que la tranquilidad y la serenidad existían en mi interior y que no dependían de asuntos exteriores que tenía que solucionar.
Ya no me importa qué pasará mañana
Antes tenía miedo de que pasara algo con lo que no pudiera lidiar. Dejé ir mis expectativas de futuro diciéndome a mí misma: “Pase lo que pase, todo saldrá de la mejor manera para mí”. Sea lo que sea, pase lo que pase. A partir de ese momento empezaron a suceder milagros en mi vida.
Comencé a escucharme mejor a mí misma
Comenzaron a fluir las ideas interesantes y las escuché. Me di cuenta de que podía realizarlas sin entender bien cómo, pero en el proceso de intentar hacerlas realidad, siempre encontraba la mejor manera.
Empecé a ser más eficiente y a hacer más cosas, porque ya no me preparo para hacerlas sino simplemente las hago. Fue sorprendente cómo todo empezó a salir mejor. Pasaron tantas cosas que casi no tengo tiempo libre, pero lo sorprendente es que logro hacer todo con el mínimo esfuerzo, además, empecé a darle forma a ciertos eventos importantes en lugar de simplemente reaccionar a las cosas que me sucedían.
Me he encontrado en el momento adecuado y en el lugar correcto
Los eventos comenzaron a alinearse de manera perfecta y a llevarme a donde yo quería llegar en ese momento. Mi vida se empezó a llenar de cosas nuevas que llegan por su cuenta. Empecé a sentir cómo fluye la vida, cómo cambia y se ajusta, y aprendí a aceptar lo que la vida me ofrece en este mismo momento.